Por un padre
Hace cuatro años, mi mujer me dejó.
Incluso antes de que finalizara el divorcio, recibí consejos bienintencionados, pero en su mayoría malos, de gente que me recomendaba que empezara a tener citas. Entiendo por qué. El divorcio sin culpa es una grave injusticia. ¿Por qué condenar al cónyuge fiel a una vida de soledad y miseria? Los seres queridos quieren que el cónyuge abandonado vuelva a ser feliz. Y piensan que si es feliz, sus hijos también lo serán.
El problema de este enfoque es que se centra exclusivamente en la felicidad del adulto y reduce aún más esa ecuación de felicidad a otra relación sexual. Pero si el objetivo es la felicidad, ¿no debería centrarse en hacer felices a los hijos?
Lo mejor para los niños es la estabilidad y el amor abnegado. A pesar de que los cónyuges abandonados varones se enfrentan a difíciles retos económicos y emocionales, yo diría que debes evitar la tentación de buscarte una novia y un "nuevo amor" y, en su lugar, encontrar la alegría en el tiempo que pasas con tus hijos.
Mi experiencia observando a otros hombres que se enfrentan a las secuelas de un divorcio no deseado es que las novias son sólo una vía de escape y a menudo distraen del cuidado de los hijos. Los hombres quieren compañía y ayuda para cuidar de sus hijos. Pero con demasiada frecuencia, el hombre dedica la mayor parte de su tiempo a la nueva novia y no el suficiente a sus hijos, que a menudo se sienten desatendidos.
Los hijos de divorciados ya están alterados y confusos por lo que ocurre en sus vidas. No deberían tener que competir con una nueva novia por la atención de su padre. El trasiego interminable entre la casa de papá, el piso de mamá y el colegio hace mella en su sensación de estabilidad y seguridad. El remedio es pasar todo el tiempo que puedas con ellos y prestar atención a lo que dicen.
Es importante comer juntos en la mesa, sin distracciones, donde los niños puedan hablar de su día y compartir sus preocupaciones. Por ejemplo, mi hijo mayor habla de lo que aprende en el colegio. Mi hija me habla de sus amigos. Y escucho a mi hijo menor hablar de la última injusticia del reparto de juguetes. Para conseguirlo, preparo comidas a granel con antelación y hago las tareas domésticas los fines de semana, cuando los niños no están conmigo.
He aprendido a colgar el teléfono y a escuchar a mis hijos. Me intereso activamente por lo que les importa. Salgo pronto del trabajo para estar en los entrenamientos de mis hijos.
La hora de acostarse puede ser dura. Inevitablemente, uno de mis hijos echa de menos a su madre. Normalmente, el más pequeño me dice: "Echo de menos a mamá, acurrúcame fuerte papá". O cuando un niño se pone enfermo y no tienes respaldo, te toca a ti ocuparte del vómito y de lavar toda la ropa de cama a las 3 de la mañana antes de una importante presentación de trabajo.
Lo más importante, lleva a tus hijos a la iglesia y envíalos a la escuela católica si puedes permitírtelo. La estabilidad les ayudará. Tus hijos necesitan saber que son especiales porque Dios los ama.
¿Qué haces cuando los niños no están contigo?
Considera unirte a un grupo de hombres en tu parroquia local. Te ayudará a combatir la soledad y a desarrollar una espiritualidad más profunda. Yo asisto a un grupo de hombres los sábados por la mañana cuando no estoy con mis hijos. Comenzamos con una oración, escuchamos un video semanal y nos dividimos en pequeños grupos. Así he podido conocer a muchos hombres católicos buenos. Algunos están pasando por los mismos desafíos.
También recomendaría unirse a los Caballeros de Colón de su localidad o alguna otra organización fraternal católica de beneficencia. Es otra forma de conocer a buenos hombres católicos y tiene muchas oportunidades sociales y de voluntariado.
Lee más, especialmente en medios católicos. Estos sitios web no sólo son intelectualmente estimulantes, sino que también ayudan a reforzar tus conocimientos sobre el catolicismo y a formar una conciencia más fuerte.
Apúntate a un gimnasio. Levanta pesas y da largos paseos. Las endorfinas proporcionan un alivio temporal del dolor emocional y la ansiedad. Evita beber. No es una buena forma de afrontar la soledad, es malo para la salud e intensifica el dolor emocional. No importa la edad que tengan tus hijos, necesitan tu ayuda y orientación. Mantente sano por ellos.
No te equivoques, el divorcio siempre es terrible para los niños y para el cónyuge abandonado. Pero si quieres dar a tus hijos una oportunidad de vivir con normalidad, olvídate de buscar un "nuevo amor". En lugar de eso, mantente fiel a tus votos. Es lo mejor para tus hijos. Te necesitan más de lo que crees.
Crisis Magazine
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