La suerte sufrida por el altar mayor de la Basílica Metropolitana de San Ciriaco en Ancona sigue suscitando indignación entre el clero y los fieles.
Aparte de “espíritu sinodal”… esta triste y sórdida historia transcurrió “a escondidas” ya que la atención mediática se ha concentrado únicamente en la “situación sanitaria” y la comisión diocesana de arte sacro que está “inactiva”.
En esta situación, la Ciudad Dórica está mostrando un orgullo laico inusual: una redada de los activistas de la Unidad de Protección del Patrimonio Cultural; una petición urgente de documentación por parte de la Asociación Nacional para la Protección del Patrimonio Histórico Italia Nostra y las necesarias investigaciones internas por parte de la Superintendencia de Ancona.
Sobre todo, queríamos verificar si el proyecto, autorizado por el arquitecto oficial Biagio De Martinis, realmente había tenido en cuenta la destrucción que ha alterado inexorablemente la estructura original del monumental altar.
Frente a las crecientes olas de indignación, incluso desde el extranjero, la superintendencia de Ancona, que es merecedora de la protección y conservación del patrimonio artístico de la región, quiere, con razón, proteger su imagen.
Obviamente, también nos interesa el significado eclesial de este triste acontecimiento en Ancona.
Todos los párrocos de la Arquidiócesis, incluso los posteriores al Concilio Vaticano II, han venerado el altar monumental del Metropolitano mientras celebraban, según la nueva costumbre, que ha adquirido fuerza de ley, en un altar falso.
Recordamos a los arzobispos que han respetado el altar monumental de San Ciriaco y la disposición original del presbiterio: Carlo Maccari; Dionigi Tettamanzi; Franco Festorazzi y Edoardo Menichelli, hoy cardenal de SRC, que hace sólo 14 años llevó a cabo un cambio litúrgico del presbiterio de la catedral con la colaboración del obispo Cesare Recanatini.
Lo ocurrido en la catedral de Ancona no será, por desgracia, el único bajo el mandato episcopal del “arzobispo” Angelo Spina.
Hace unos días, el prelado supuestamente amenazó a una comunidad de monjas de clausura con “no reabrir la iglesia ‘hasta que no hayáis arreglado’ el altar”, después de que la restauración de la iglesia monástica estuviera finalmente terminada.
“arzobispo” Angelo Spina
Para ti el tiempo, para nosotros la eternidad 'Estaremos satisfechos, Señor, cuando veamos tu rostro'.
Messa in Latino
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