sábado, 23 de mayo de 2009

COMPARTIENDO EL EVANGELIO: SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR


El Señor asciende, es la misma persona y el centro de esta misma persona divina, el centro de la historia es lo eterno, es la eternidad, ¡es el Verbo de Dios!, el Hijo de Dios y el Hijo de María Virgen. Es lo eterno que da sentido a todo, que es definitivo pero que a la vez ilumina todo.


Reflexión de Mons. Rubén Oscar Frassia


Domingo 24 de mayo de 2009

Solemnidad de la Ascensión del Señor

Evangelio según San Marcos 16, 15 - 20 (Ciclo B)

Queridos hermanos, en este día que celebramos la Ascensión de Nuestro Señor, se lleva a cabo la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El lema, que el Papa nos propone en su mensaje para esta ocasión, dice: “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones: promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad”. Es un documento extraordinario donde, ante esta nueva generación digital, nuevo areópago, Benedicto XVI nos invita a todos a tratar esta comunicación como una cultura del respeto, una cultura que nos lleve al diálogo que significa el intercambio, el reconocimiento y a una cultura de la amistad en la comunicación. Tengamos en cuenta que todo esto lo podemos vivir, pero también lo podemos vivir en contrario.

Evangelio: la Ascensión y nuestra responsabilidad

El tema de la Ascensión de Nuestro Señor, completa el tema del misterio pascual. Y el misterio pascual se tiene que entender ante estas realidades: Crucifixión y Muerte, Resurrección, Ascensión y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Podríamos decir que es como la iluminación de las tres virtudes teologales: la Resurrección nos da sentido a la FE; la Ascensión nos da contenido y fuerza a la ESPERANZA y Pentecostés, el tiempo del Espíritu, nos da vigor a la CARIDAD.

El Señor asciende, es la misma persona y el centro de esta misma persona divina, el centro de la historia es lo eterno, es la eternidad, ¡es el Verbo de Dios!, el Hijo de Dios y el Hijo de María Virgen. Es lo eterno que da sentido a todo, que es definitivo pero que a la vez ilumina todo.

Por eso, la lectura de nuestra fe es ver al Verbo, a Cristo, lo eterno, lo absoluto, en todo momento, en todo tiempo, ante todo acontecimiento, ante toda situación. ¡Es El quien nos da el sentido! Él sube al Padre, asciende al Padre y nos va a enviar el Espíritu, pero también nos dice algo muy importante: “¡vayan por todo el mundo!, ¡anuncien la Buena Nueva a toda la creación!, y el que cree y se bautice, se salvará y el que no crea se condenará”

De su presencia surge la responsabilidad de nuestra vida cristiana, ¡y también la responsabilidad de nuestra misión, de la evangelización! Y sabiendo que Él está con nosotros siempre y hasta el final. Pero su presencia nos manda a anunciar, a testimoniar, a comunicar, a expandir.

Fijémonos bien: ¡no nos anunciamos nosotros a nosotros mismos! Estamos anunciando el mensaje de Cristo, luz del mundo y sal de la tierra. Nosotros lo representamos. Somos sus instrumentos pero Él es el importante, Él es la Palabra. Nosotros seremos, quizás, un poco de su voz pero Él es la Palabra.

Que ésta Ascensión, también a través de los medios de comunicación, nos de fuerzas para reconocer y reencontrar el verdadero sentido de lo que es este mundo de la cibernética, como dice el Papa en su mensaje de este año.

Les dejo mi bendición, y que nos de fuerzas para vivir siempre en el Señor, en el resucitado, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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