domingo, 12 de enero de 2020

EE.UU: OBISPO DICE QUE EL 'CAMBIO CLIMÁTICO' ES MÁS MORTÍFERO QUE ABORTO


No está claro si en los EE.UU. el 'cambio climático' ha sido causante de alguna muerte. El Aborto, sin embargo, ha terminado con la vida de más de 60 millones de niños desde 1973. 

Por Dorothy Cummings Mclean y Pete Baklinski


En un discurso titulado “La conciencia, candidatos y Discipulado en la votación”, que el obispo Robert J. McElroy pronunciara en la Universidad de San Diego ayer, el obispo dijo que “los votantes católicos tienen que ‘discernir’ dónde están ‘sus prioridades’ en la próxima elección 2020”.

“Con frecuencia en las discusiones sobre la aplicación de la doctrina social católica en la votación, se plantea la cuestión de si un problema tiene una prioridad única entre todas las otras cuestiones para los creyentes en el ciclo electoral actual. Algunos piensan que el aborto es lo prioritario y para otros, tiene más prioridad el cambio climático. Esta cuestión merece un examen más profundo”, dijo.

Embrión humano de 6 semanas

El obispo habló sobre una lista de cuatro puntos que se dijo se deben considerar al establecer las prioridades.

En el contexto de estas dos amenazas para la vida humana, ¿cómo se pueden evaluar las demandas?, ¿es el aborto o el cambio climático lo que debe ser preeminente en la enseñanza social de la Iglesia con respecto a la formación de los estadounidenses como ciudadanos y creyentes?

Veamos los cuatro puntos que, según este obispo, deben ser considerados.

1- No existe un mandato en la enseñanza social de la Iglesia universal que da una prioridad categórica a cualquiera de estas cuestiones como la única determinante del bien común.
 2- El número de muertos por aborto es más inmediato, pero el número de muertos a largo plazo del cambio climático sin control es más grande y amenaza el futuro de la humanidad.
3- Tanto el aborto como el medio ambiente son temas de la vida básicos en la enseñanza católica.
 4- La designación de cualquiera de estas cuestiones como la cuestión preeminente en la enseñanza social católica en este momento en los Estados Unidos inevitablemente será secuestrado por fuerzas partidistas al proponer que los católicos tienen la obligación fundamental de votar por candidatos que defienden esa posición. La historia electoral reciente demuestra esta una certeza.
No está claro si en los EE.UU. algunas muertes han sido resultado del “cambio climático”. El aborto, sin embargo, se ha llevado la vida de más de 60 millones de niños sólo en los EE.UU. desde 1973. En los últimos 100 años, se han producido más de mil millones de abortos en todo el mundo.

Otros Papas anteriores han dejado muy claro que el aborto es una cuestión moral fundamental. Ellos han declarado que sin la protección de la vida de los miembros más vulnerables e inocentes de la humanidad, la sociedad no puede proteger a sus ciudadanos de otras maneras.

En 1988 en su exhortación Christifideles laici, San Juan Pablo II dijo que el “derecho a la vida debe ser defendido con máxima determinación”.

“La inviolabilidad de la persona, reflejo de la absoluta inviolabilidad del mismo Dios, encuentra su primera y fundamental expresión en la inviolabilidad de la vida humana. Se ha hecho habitual hablar, y con razón, sobre los derechos humanos; como por ejemplo sobre el derecho a la salud, a la casa, al trabajo, a la familia y a la cultura. De todos modos, esa preocupación resulta falsa e ilusoria si no se defiende con la máxima determinación el derecho a la vida como el derecho primero y fontal, condición de todos los otros derechos de la persona. ”.
En Donum Vitae, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe cardenal Joseph Ratzinger - más tarde el Papa Benedicto XVI - escribió que el “derecho inviolable a la vida de todo individuo humano inocente” debe ser defendido, ya que es el “elemento constitutivo de la sociedad civil y su orden”.

En 2006, al hablar con los miembros del Partido Popular Europeo, el Papa Benedicto XVI hizo hincapié en que, en lo que se refiere a la Iglesia Católica, 
el foco principal de sus intervenciones en el espacio público es la protección y la promoción de la dignidad de la persona, y en ella está conscientemente una atención particular a principios que no son negociables”, dijo. La primera de ellas, dijo, es la “protección de la vida en todas sus etapas, desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural”.

McElroy pretendió dar un golpe a la administración Trump con su discurso, cuando dijo: “Estados Unidos, una vez fue líder en este esfuerzo contra el ‘cambio climático’, pero en la actual administración, se ha convertido en el líder en la resistencia a los esfuerzos para combatir el ‘cambio climático’ y en la negación de su existencia”.

“Como consecuencia de ello, la supervivencia del planeta, que es el requisito previo para toda la vida humana, está en riesgo”.

El obispo también declaró que “el abandono de una iniciativa mundial por el ‘medio ambiente’ era un ‘mayor mal moral’ que la distribución de anticonceptivos”.

“... La anticoncepción es intrínsecamente mala en la teología moral católica, mientras que las acciones que destruyen el medio ambiente en general, no son”, dijo. “Pero es un mal moral mucho mayor para nuestro país abandonar el acuerdo climático de París que proporcionar anticonceptivos en los centros de salud federales. Lo que estos ejemplos señalan es que la enseñanza social católica no puede reducirse a un modelo deductivista cuando se trata de votar para salvaguardar la vida y la dignidad de la persona humana”.

Michael Hichborn, Presidente del Instituto de Lepanto, dijo que el obispo McElroy ha “cambiado su lealtad de ser un pastor de almas por la defensa de las preocupaciones mundanas
.

“En esa reunión, el obispo McElroy mostró claramente que su lealtad está lejos de Cristo y las almas, y que prefiere estar más cerca a la política y el mundo”, dijo.

“Un hombre preocupado por la salvación de las almas diría la verdad respecto a la salvación y la condenación individual. En su lugar, el obispo McElroy habla de política con respecto a teorías científicas dudosas”.

Hichborn dijo que la declaración de McElroy en la cual afirmó que “el abandono del Acuerdo de París es un mal moral mucho mayor que la provisión de anticonceptivos” es “una mentira reprobable”.

“Nunca nadie fue al infierno por tomar una decisión política prudencial respecto a preocupaciones científicas sin resolver”, dijo, “pero las palabras del propio McElroy son un mal intrínseco que está enviando innumerables almas al infierno”. 

“Como la vidente 
Sor Lucía de Fátima reveló, 'Más almas van al infierno por los pecados de la carne que por cualquier otra razón'”.

“No es una enseñanza católica que el aborto sea el tema preeminente que nos enfrentamos”, dijo McElroy.


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