El daño es mayor cuanto más temprano se produzca el
primer contacto con la droga.
Por Washington.
DPA.
Fumar cannabis afecta al rendimiento intelectual, sobre
todo en el caso de los jóvenes, señala un exhaustivo estudio de la Duke
University de Durham, en Carolina del Norte, Estados Unidos, que publica la
revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (Pnas).
El equipo liderado por la científica Madeline Meier
constató en esta investigación, realizada a lo largo de casi 40 años, que el
consumo de cannabis daña irreversiblemente el sistema nervioso central y puede
además reducir el coeficiente intelectual (CI).
Según los expertos, la reducción de ese coeficiente es
mayor cuanto más temprana sea la edad en que se comience a consumir cannabis.
En el caso de los consumidores habituales, la
investigación pone de manifiesto que empeoran claramente determinadas áreas del
cerebro, y que ese estado se mantiene con el paso de los años.
Además, los datos obtenidos por la investigación muestran
que los fumadores habituales de cannabis tienen más problemas de concentración
o para recordar.
En el caso de los jóvenes, los científicos advierten del
peligro de que se conviertan en consumidores habituales. Se trata de un riesgo
que aumenta cuanto más temprano se produzca el contacto con la droga.
Esto afecta también al coeficiente intelectual porque,
según el trabajo realizado tras la observación las personas investigadas, el
cerebro de los jóvenes no tiene la capacidad de recuperarse de los daños
causados por el cannabis.
Durante la etapa de crecimiento, el cerebro experimenta
cambios decisivos, y el consumo de esta droga tiene consecuencias que dañan el
sistema nervioso de forma permanente. El dato es alarmante si se tiene en
cuenta que la marihuana es considerada “una droga de inicio”, es decir, que su
consumo invariablemente comienza a edades tempranas. Según estadísticas
oficiales, el 58 por ciento de los pacientes en tratamiento por alguna
adicción, empezó su camino con la marihuana. Los pasos siguientes, según los
especialistas, suelen ser la cocaína, la pasta base y los tranquilizantes.
El equipo que llegó a la conclusión de su efecto dañino
sobre el coeficiente intelectual investigó a lo largo de casi 40 años a más de
1.000 personas nacidas en Nueva Zelanda a comienzos de los 70.
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