4 DE DICIEMBRE: SANTA BÁRBARA, VIRGEN Y MÁRTIR

4 de Diciembre: Santa Bárbara, virgen y mártir

(✞ 235)

Imperando en Oriente Maximino, hubo en la ciudad de Nicomedia un caballero noble y poderoso, llamado Dióscoro, hombre feroz y muy dado al culto de sus falsos dioses. 

Tenía una sola hija llamada Bárbara, doncella de extremada belleza y de costumbres muy contrarias a las de su padre; el cual para apartarla de los ojos de los hombres que la codiciaban, y porque sospechó que estaba en comunicación con los cristianos la encerró en la torre de una granja, donde tenía muchas comodidades. 

Se alegró la santa doncella con este encerramiento, porque era amiga de la soledad y la quietud; y fue tanto lo que Dios obró en su alma en aquel retiro que, despreciando todos los gustos de la carne, determinó Bárbara consagrarle su pureza. 

Pasando el tiempo, su padre la quiso casar; pero ella se resistió, diciéndole que ya tenía un Esposo inmortal. 

No se puede creer el furor de Dióscoro al entender que su hija Bárbara era cristiana. 

Por no perder la gracia del emperador, la hizo prender y conducir al tribunal de Marciano, que era allí presidente, el cual con blandas palabras quiso derribarla; y cambiando la blandura y suavidad fingida en crueldad verdadera, la mandó desnudar y azotar con nervios de bueyes, y luego con un cilicio fregar las heridas; con lo cual quedó su cuerpo manando por todas partes arroyos de sangre. 

Arrojada de nuevo en la cárcel, se le apareció su Esposo Jesucristo, la sanó y le infundió valor para los restantes combates. 

Otro día, llevada a la segunda audiencia, el presidente, al verla del todo sana, quedó pasmado y de nuevo con halagos procuró inducirla a que adorase los ídolos; mas como respondiese ella con el valor que a esposa de Cristo convenía, mandó a los verdugos que descarnasen sus costados con peines de hierro, y luego la abrasasen con antorchas encendidas, y con un martillo golpeasen su cabeza. 

Estaba en estos tormentos la valerosa virgen, puestos en el cielo sus ojos y el corazón, hablando dulcemente con su divino Esposo, pidiéndole favor y prometiéndole fidelidad. 

Acrecentando su crueldad el tirano, le hizo cortar los pechos y mandó que la expusiesen a la vergüenza por las calles públicas de la ciudad, y que la fuesen azotando para mayor vergüenza y escarnio; pero el Señor la amparó y cubrió su cuerpo con una claridad maravillosa, por lo que no pudo ser vista por los ojos profanos. 

La llevaron nuevamente al tribunal, y el presidente la mandó al fin degollar. 

En todo este espectáculo estuvo presente su cruel padre. ¡Quién lo creyera! y él mismo fue quien, con permiso del juez, le dio la muerte por su mano. 

Vengó Dios tanta crueldad, porque al poco tiempo, volviendo el padre del monte a su casa, un rayo del cielo súbitamente le mató, y le privó de la vida temporal y eterna, y lo mismo aconteció al presidente Marciano. 

El cuerpo de santa Bárbara fue recogido por un varón religioso y pío, llamado Valenciano, y entre cánticos y salmos lo colocó honoríficamente en un lugar llamado Gelasio, donde el Señor por su intercesión obró grandes milagros. 

Reflexión: 

Es la gloriosa virgen santa Bárbara particular abogada contra los truenos y rayos, con los cuales parece que quiso nuestro Señor castigar a su padre y al inicuo juez que la condenaron y mataron: y así es muy piadosa costumbre cuando estalla una gran tormenta, el santiguarse y pedir la protección de Dios por la virtud de la santa Cruz y los méritos de santa Bárbara. 

Oración: 

Oh Dios, que entre los otros prodigios de tu poder ornaste al sexo débil con la palma del martirio; concédenos benigno, que pues honramos el nacimiento de santa Bárbara, imitando sus ejemplos subamos a la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.