Por causa de Lutero, muchas personas han dejado de orar por los difuntos, ya que el hereje negó el dogma del purgatorio y consideró la oración por ellos como inútil.
Con motivo de las recientes conmemoraciones de los 500 años de la «Reforma» protestante, la Hna. Theresa Aletheia Noble, religiosa de las Hijas de San Pablo y autora del libro «El pródigo que amas: invitar a los seres queridos a volver a la Iglesia», redactó un artículo para la plataforma católica Aleteia en el que destaca que las benditas almas del Purgatorio probablemente no celebren dicho aniversario. Si bien reconoce que lo que une a los cristianos es mucho más que lo que los separa y que los creyentes deben verse unos a otros según la mirada de Dios, aún permanecen temas de importancia sobre los cuales existen desacuerdos, y uno de ellos es el dogma de la existencia del Purgatorio.
«Muchas almas en el Purgatorio necesitan nuestras oraciones», recordó la hermana. «Entre los más tristes efectos de la “Reforma” estuvo la negación del valor de la oración de intercesión por los difuntos», recordó la religiosa, quien relató que Martín Lutero aceptó el dogma del Purgatorio inicialmente, pero terminó por rechazarlo en 1519, aconsejando a las personas no encargar la celebración de Eucaristías en beneficio de los fallecidos. La tradición de la oración por los difuntos, presente en el pueblo judío como lo evidencia el Segundo Libro de los Macabeos y practicada por los primeros cristianos y aconsejada por los Padres de la Iglesia, pasó a ser objeto de controversia.
En la actualidad, la Iglesia mantiene la doctrina de la existencia del Purgatorio, mientras que el protestantismo la niega. «Mientras tanto, muchas almas en el Purgatorio necesitan nuestras oraciones», se lamentó la religiosa. «Como un acto de caridad, los católicos están llamados a orar fervientemente por estas almas que han fallecido, especialmente aquellas que no tienen a nadie que ore por ellas».
Entre las prácticas recomendadas por la Iglesia para este fin figuran el ofrecimiento de Eucaristías por los difuntos, especialmente en el tercer, séptimo y décimo tercer día de su fallecimiento al igual que en sus aniversarios, según el Directorio sobre Piedad Popular y la Liturgia. También se emplea con frecuencia la Novena por las Benditas Almas compuesta por San Alfonso María de Ligorio, la visita a los cementerios con el fin de orar y de manera especial el ofrecimiento de una indulgencia plenaria en beneficio de un fiel difunto, con la cual se obtiene la salida del Purgatorio al beneficiario.
Gaudium Press/InfoCatólica
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