El proyecto, aprobado por unanimidad -47 votos positivos y ninguno en contra- viola el principio de igualdad ante la ley. El texto aprobado por la cámara baja sufrió modificaciones, por lo que deberá volver a Diputados.
Por Mónica del Río
Se modificaría el artículo 80 del Código Penal que es el que describe los homicidios a los que les cabe reclusión perpetua. En el caso de homicidio agravado por el vínculo, actualmente, el juez puede dictar “prisión o reclusión de ocho a veinticinco años” si mediaren “circunstancias extraordinarias de atenuación”. Con la modificación, el atenuante no se podrá aplicar “a quien anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima, otra mujer u otra persona que se autoperciba con identidad de género femenino.”
Es preocupante que en los crímenes por odio actualmente contemplados en el art. 80, inc 4º (odio racial o religioso); se incorpore el odio “a la orientación sexual, a la identidad de género o su expresión”. Es otro avance en aras de instalar lo antinatural como un modelo válido a seguir.
En el Senado se modificó la media sanción de Diputados, para incorporar en el Código el art. 80 bis, de modo que “femicidio” sea un delito autónomo, el nuevo artículo dice: “Se impondrá prisión perpetua al hombre que matare a una mujer o a una persona que se autoperciba con identidad de género femenino y mediare violencia de género.”
Una violencia basada en el sexo también puede ser ejercida por una mujer sobre un varón. El artículo 80 bis proyectado resulta abiertamente discriminatorio para con los varones (niños adultos o ancianos) quienes aparecen menos protegidos que las mujeres. Esto viola el principio de igualdad ante la ley ("Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.", art 24 del Pacto de San José de Costa Rica).
Por otra parte, si lo que se pretende es presuponer que el victimario es siempre un varón porque posee mayor fuerza física, resulta inexplicable que se proteja con mayor intensidad al hombre que se “autopercibe” mujer, que a la mujer que se “autopercibe” hombre.
El debate
Pedro Guastavino (PJ-FpV, E. Ríos): el presidente de la Comisión de Justicia reconoció que muchos penalistas no están de acuerdo con esta modificación, pero explicó que los senadores decidieron avanzar para determinar el “femicidio” como delito autónomo con la finalidad de “reconocer la problemática, darle visibilidad y garantizar la persecución del delito”.
Sonia Escudero (PJ-FpV, Salta): “en Argentina las mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres”. Esto es el reconocimiento “de esta situación socio-cultural de opresión de las mujeres”. “Por razones sociales, culturales, religiosas… se consideró que la mujer había sido creada de una costilla de Adán, no es bueno que el hombre esté solo… entonces creamos una mujer para que lo acompañe, para que lo sirva, para que le cocine, para que le dé placer; y cuando la mujer no cumple las expectativas, el hombre la somete a un castigo, y en su versión más extrema, la mata”. Estimó que es importantísimo el paso que están dando para “el cambio cultural”.
Liliana Negre de Alonso (Compromiso Federal, San Luis): adelantó que iba a acompañar el proyecto pero destacó que es importante avanzar con la prevención, agravando las penas por amenazas. “Lo importante es concientizar al agresor de que el delito no va a quedar impune”. “Tiene que llegarle a la sociedad el mensaje de que la justicia va a actuar con rigor”.
Marta Borello (UCR, Cba): pidió que se reglamenten los artículos de la Ley de violencia contra la mujer que no están reglamentados. “Después de hacer la denuncia la mujer no sabe a donde ir”. “El Gobierno tiene que implementar políticas de estado para acabar con el flagelo del femicidio”.
Ma. de los Ángeles Higonet (Justicialista, La Pampa): “la violencia de género es una violación a los derechos humanos”. “Está anclada en una desigualdad estructural entre el hombre y la mujer”. “Hace falta una normativa punitiva específica por la discriminación y subordinación que sufre la mujer”.
Ma. Rosa Díaz (ARI, T.del Fuego): “con esta ley tratamos de desnaturalizar los mecanismos de violencia que generalmente quedan en el ámbito privado”. Pidió que se capacite al poder judicial. Exhortó a avanzar sobre los “derechos parentales de los violentos” y a trabajar sobre la prevención.
Aníbal Fernández (FpV, BsAs): destacó que en esta modificación se incorpora, en la figura agravada por el vínculo, al conviviente, y agregó que de este modo se reconocen, en sintonía con el Proyecto de Reforma del Código Civil, “otros tipos de familia”.
Rubén Giustiniani (PS, Sta Fe): afirmó que el tema “revela la indefensión y el desamparo de las mujeres cuando un hombre amenaza su vida” e hizo votos para que la ley tenga un “efecto simbólico”. Sostuvo que esto sólo se revierte con políticas de estado “mientras la mujer no sepa que derechos la asisten y no haya lugares para reclamar esos derechos, no se va a revertir la situación”. “La prevención no se hace con el Código Penal, sino con el compromiso político de todos los sectores”.
Gerardo Morales (UCR, Jujuy): adelantó el voto positivo de su bloque y remarcó que desde hace tiempo están dando “una lucha cultural”, entre los antecedentes mencionó la ratificación del Protocolo del CEDAW y la sanción de la Ley de violencia contra la mujer. Festejó que se haya modificado el texto de Diputados para poner a “femicidio” como un delito autónomo. Afirmó que cada vez hay más casos y que se dan con más crueldad y lo achacó a falencias en la aplicación de la Ley de violencia contra la mujer que “es la que tiene que prevenir”. Según Morales nuestra sociedad es machista y “hay que sacar de la neutralidad este tipo de delitos”.
Marina Ríofrío (FpV, San Juan): aunque la modificación del Código Penal no lo mencione, “este delito necesitaba un nombre y ahora lo tiene” (femicidio). Sostuvo que ésta es una medida de acción positiva, “si dejamos fluir los tiempos, los hombres y las mujeres iban a alcanzar la igualdad, pero hay que acelerar los tiempos”. Subrayó que “los femicidios son crímenes de poder”, con los que ha cooperado “la cultura de los roles, donde los roles del hombre son más importantes que los de las mujeres”. “¡Nacimos de la costilla de un hombre!”, espetó con sorna. “Todos somos hijos de esa cultura patriarcal”. Instó a desarmar lo recibido y construir una nueva cultura. “Esta es una batalla cultural”. “No más términos neutrales para definir la muerte de mujeres por violencia de género”, enfatizó al final.
NOTIVIDA
Es preocupante que en los crímenes por odio actualmente contemplados en el art. 80, inc 4º (odio racial o religioso); se incorpore el odio “a la orientación sexual, a la identidad de género o su expresión”. Es otro avance en aras de instalar lo antinatural como un modelo válido a seguir.
En el Senado se modificó la media sanción de Diputados, para incorporar en el Código el art. 80 bis, de modo que “femicidio” sea un delito autónomo, el nuevo artículo dice: “Se impondrá prisión perpetua al hombre que matare a una mujer o a una persona que se autoperciba con identidad de género femenino y mediare violencia de género.”
Una violencia basada en el sexo también puede ser ejercida por una mujer sobre un varón. El artículo 80 bis proyectado resulta abiertamente discriminatorio para con los varones (niños adultos o ancianos) quienes aparecen menos protegidos que las mujeres. Esto viola el principio de igualdad ante la ley ("Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.", art 24 del Pacto de San José de Costa Rica).
Por otra parte, si lo que se pretende es presuponer que el victimario es siempre un varón porque posee mayor fuerza física, resulta inexplicable que se proteja con mayor intensidad al hombre que se “autopercibe” mujer, que a la mujer que se “autopercibe” hombre.
El debate
Pedro Guastavino (PJ-FpV, E. Ríos): el presidente de la Comisión de Justicia reconoció que muchos penalistas no están de acuerdo con esta modificación, pero explicó que los senadores decidieron avanzar para determinar el “femicidio” como delito autónomo con la finalidad de “reconocer la problemática, darle visibilidad y garantizar la persecución del delito”.
Sonia Escudero (PJ-FpV, Salta): “en Argentina las mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres”. Esto es el reconocimiento “de esta situación socio-cultural de opresión de las mujeres”. “Por razones sociales, culturales, religiosas… se consideró que la mujer había sido creada de una costilla de Adán, no es bueno que el hombre esté solo… entonces creamos una mujer para que lo acompañe, para que lo sirva, para que le cocine, para que le dé placer; y cuando la mujer no cumple las expectativas, el hombre la somete a un castigo, y en su versión más extrema, la mata”. Estimó que es importantísimo el paso que están dando para “el cambio cultural”.
Liliana Negre de Alonso (Compromiso Federal, San Luis): adelantó que iba a acompañar el proyecto pero destacó que es importante avanzar con la prevención, agravando las penas por amenazas. “Lo importante es concientizar al agresor de que el delito no va a quedar impune”. “Tiene que llegarle a la sociedad el mensaje de que la justicia va a actuar con rigor”.
Marta Borello (UCR, Cba): pidió que se reglamenten los artículos de la Ley de violencia contra la mujer que no están reglamentados. “Después de hacer la denuncia la mujer no sabe a donde ir”. “El Gobierno tiene que implementar políticas de estado para acabar con el flagelo del femicidio”.
Ma. de los Ángeles Higonet (Justicialista, La Pampa): “la violencia de género es una violación a los derechos humanos”. “Está anclada en una desigualdad estructural entre el hombre y la mujer”. “Hace falta una normativa punitiva específica por la discriminación y subordinación que sufre la mujer”.
Ma. Rosa Díaz (ARI, T.del Fuego): “con esta ley tratamos de desnaturalizar los mecanismos de violencia que generalmente quedan en el ámbito privado”. Pidió que se capacite al poder judicial. Exhortó a avanzar sobre los “derechos parentales de los violentos” y a trabajar sobre la prevención.
Aníbal Fernández (FpV, BsAs): destacó que en esta modificación se incorpora, en la figura agravada por el vínculo, al conviviente, y agregó que de este modo se reconocen, en sintonía con el Proyecto de Reforma del Código Civil, “otros tipos de familia”.
Rubén Giustiniani (PS, Sta Fe): afirmó que el tema “revela la indefensión y el desamparo de las mujeres cuando un hombre amenaza su vida” e hizo votos para que la ley tenga un “efecto simbólico”. Sostuvo que esto sólo se revierte con políticas de estado “mientras la mujer no sepa que derechos la asisten y no haya lugares para reclamar esos derechos, no se va a revertir la situación”. “La prevención no se hace con el Código Penal, sino con el compromiso político de todos los sectores”.
Gerardo Morales (UCR, Jujuy): adelantó el voto positivo de su bloque y remarcó que desde hace tiempo están dando “una lucha cultural”, entre los antecedentes mencionó la ratificación del Protocolo del CEDAW y la sanción de la Ley de violencia contra la mujer. Festejó que se haya modificado el texto de Diputados para poner a “femicidio” como un delito autónomo. Afirmó que cada vez hay más casos y que se dan con más crueldad y lo achacó a falencias en la aplicación de la Ley de violencia contra la mujer que “es la que tiene que prevenir”. Según Morales nuestra sociedad es machista y “hay que sacar de la neutralidad este tipo de delitos”.
Marina Ríofrío (FpV, San Juan): aunque la modificación del Código Penal no lo mencione, “este delito necesitaba un nombre y ahora lo tiene” (femicidio). Sostuvo que ésta es una medida de acción positiva, “si dejamos fluir los tiempos, los hombres y las mujeres iban a alcanzar la igualdad, pero hay que acelerar los tiempos”. Subrayó que “los femicidios son crímenes de poder”, con los que ha cooperado “la cultura de los roles, donde los roles del hombre son más importantes que los de las mujeres”. “¡Nacimos de la costilla de un hombre!”, espetó con sorna. “Todos somos hijos de esa cultura patriarcal”. Instó a desarmar lo recibido y construir una nueva cultura. “Esta es una batalla cultural”. “No más términos neutrales para definir la muerte de mujeres por violencia de género”, enfatizó al final.
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