sábado, 8 de marzo de 2025

FUNERAL DE MONSEÑOR WILLIAMSON EN CANTERBURY

El miércoles 26 de febrero, se celebró en Canterbury, en el condado inglés de Kent, el funeral de Su Excelencia Monseñor Richard Nelson Williamson, quien entregó su alma a Dios el pasado 29 de enero.


La larga espera para el funeral se debe a los retrasos burocráticos particularmente largos en Inglaterra, pero también a la dificultad de encontrar un lugar adecuado para el evento histórico y solemne: uno de los cuatro obispos consagrados por Monseñor Marcel Lefebvre ha fallecido, tras la muerte de Monseñor Bernard Tissier de Mallerais, fallecido el pasado otoño.

Las iglesias, hoy más que nunca, están usurpadas por quienes ya no profesan la fe católica. No se podía pues esperar la posibilidad de una celebración fúnebre para un obispo tan importante para la galaxia de la tradición, en una tierra inglesa cada vez más protestantizada, incluso en las catedrales católicas, mientras que prácticamente nada quedaba del anglicanismo.

La misma espléndida y majestuosa Catedral de Canterbury, antaño católica, donde las reliquias de Santo Tomás Becket, arzobispo, fueron destruidas por los protestantes, es ahora prácticamente un museo.

Por lo tanto, era imposible para un obispo que seguía siendo católico como Williamson acceder a lugares de culto históricos. Sin embargo, nada habría podido ayudar a celebrar un funeral solemne e impecable.

Según informó 
Renovatio21, el funeral de Su Excelencia tuvo lugar el 26 de febrero por la mañana a las 11 am hora inglesa en un gran salón en el centro del condado de Canterbury.

El celebrante fue Monseñor Paul Morgan, último obispo consagrado por Williamson, quien, tras la muerte de Monseñor, residirá en Broadstairs - residencia histórica, desde aproximadamente 2012, de Monseñor Williamson - para seguir ocupándose del apostolado inglés, pero también en parte del francés.

También estuvieron presentes para ayudar y organizar la liturgia Monseñor Giacomo Ballini de Irlanda, Monseñor Michal Stobnicki de Polonia, Monseñor Tomás de Aquino de Brasil y Monseñor Gerardo Zendejas de América.

Estuvieron presentes numerosos sacerdotes procedentes de todo el mundo, incluidos tres de Italia, dos dominicos de Avrillé, junto con algunas monjas y otros religiosos y religiosas de diversas partes.

Además del clero y los religiosos, más de doscientos cincuenta fieles estuvieron presentes para asistir a la Misa Pontificia de Réquiem. El funeral duró más de dos horas: al final de la Misa pontificia, tuvo lugar la homilía de Monseñor Morgan, a la que siguió el antiguo rito de la quíntuple absolución ante el féretro, con una oración especial de absolución recitada por tres obispos y dos sacerdotes, que rociaron e incensaron el cuerpo.

Un coro de fieles acompañó todo el rito con cantos sagrados.

Al final de la quíntuple absolución, se celebró una ceremonia conmemorativa a cargo de Henri Williamson, hermano mayor del obispo inglés, quien estuvo presente junto con algunos sobrinos de Monseñor Williamson.

Finalmente, el ataúd de Su Excelencia fue llevado a Broadstairs para ser enterrado en un antiguo cementerio benedictino, como había deseado el Obispo, acompañado por un pequeño grupo de sacerdotes y los obispos, en una ceremonia más privada.

Según la tradición inglesa, se ofrecieron refrigerios a los presentes en el solemne funeral en las salas circundantes.

Para concluir, fue un momento de gran emoción y reflexión, en torno al cuerpo de uno de los obispos quizás más importantes que hemos conocido en este cambio de milenio, acompañado desde el día anterior, por la tarde, por el Oficio de Difuntos y el rezo del Santo Rosario, al que Monseñor era tan devoto.

Que su recuerdo y su obra permanezcan vivos en nuestros corazones, en nuestra Fe y en la esperanza de ver pronto florecer nuevamente el Reino Social de Nuestro Señor Jesucristo y su Santa Iglesia Católica, como siempre lo ha enseñado firmemente Monseñor Williamson.


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