sábado, 24 de diciembre de 2016

FALLECIMIENTO DE DON JUAN CLAUDIO SANAHUJA, SACERDOTE DE CRISTO


Descansa en la paz de Dios e intercede por nosotros.


¡Duc in altum! (Lc 5, 4)


Acaba de partir hacia la Casa del Padre el querido padre Juan Claudio Sanahuja. Sus restos serán velados, a partir de las 16, en Paraná 945, tercer piso, de la Capital Federal; en la residencia del Opus Dei, donde residía. La Misa exequial será mañana, 24 de diciembre, a las 10, en la parroquia Nuestra Señora del Pilar, antes de su sepultura en el cementerio de la Recoleta.

Nuestro querido hermano Sacerdote, que tantó luchó en defensa del niño por nacer, fue llamado a su encuentro con el Señor, cuando el Niño Dios está por nacer… Providencial signo, en esta hora de dolor y esperanza…

Compartí con él la causa provida en innumerables encuentros con legisladores; conferencias, publicaciones, marchas y apostolados de todo tipo, Conocí su amor a Jesucristo y su fidelidad, sin dobleces, a la Iglesia. Admiré su talento puesto, sin ninguna reserva, al servicio de los más débiles; de los niños por nacer, de los enfermos, de los “despreciables” para el mundo; de los ancianos y enfermos que ven sus vidas amenazadas por la eutanasia…

Fue un valiente soldado en defensa de la vida y la familia, frente a la tiránica ideología de género del Banco Mundial, las Naciones desUnidas, la usura internacional y el “narco-porno-liberal-socialismo del siglo XXI”… Luchó, denodadamente, contra el mundialismo masónico y ateo, que busca desterrar a Dios y eliminar al hombre. 

Fue autor de numerosos libros, artículos y notas en denuncia de este macabro plan… Junto a la licenciada Mónica del Río, fundó y dirigió el periódico digital “Noticias globales”; en el que daba cuenta de esta reingeniería social; y su consecuente secuestro de gobiernos, parlamentos y estructuras de poder… 

Me atrevo a decir, incluso, que el cáncer que terminó con él, fue la consecuencia de tanto combate, de tanta batalla ardua, llena de dificultades e incomprensiones…

Sufrió, incluso, el desprecio, hostigamiento y persecución de algunos muy “cercanos”… Y, particularmente, de alguien muy encumbrado hoy… Lejos de arredrarlo, ello lo siguió templando en la batalla. ¡Que el Señor, buen pagador, le pague con abundancia su entrega…!

¡Descansa en paz, querido padre Juan Claudio!. ¡Has sido un maravilloso regalo de Dios para la Iglesia…!

E intercede por todos, especialmente por nosotros, tus hermanos sacerdotes, para que tengamos la gracia de la perseverancia final, y de morir en la raya; en primerísima línea de combate…

Para todos, mi bendición en Cristo Jesús; Evangelio de la Vida en abundancia (Jn 10, 10)

+ Pater Christian Viña

 

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