En
la Leadership Conference of Women Religious militan las monjas que hicieron
posible que el presidente Obama pudiera financiar abortos con dinero público.
Por
Juan C. Sanahuja
La Catholic News Agency informó hoy, el 18 de abril, que la Congregación para la Doctrina de la Fe hizo pública la intervención a la Leadership Conference of Women Religious (LCWR), una organización que aglutina a la mayoría de las superioras religiosas norteamericanas.
La
Santa Sede nombró a Mons. James Peter Sartain, arzobispo de Seattle, para
contener la crisis doctrinal en LCWR y dirigir los esfuerzos para renovarla,
revisando sus estatutos, que serán presentados para su aprobación a la Santa
Sede, y revisar sus vínculos con las organizaciones afiliadas.
La
Congregación para la Doctrina de la Fe, en 2008, inició una evaluación
doctrinal de la Leadership Conference of Women Religious, que llevó a cabo el
Mons. Leonard P. Blair, obispo de Toledo, Ohio, miembro del comité para la
doctrina de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos.
La
evaluación doctrinal registra que en las presentaciones de las asambleas
anuales de la LCWR se difundían graves errores teológicos y doctrinales, que
muestran una visión de la vida religiosa incompatible con la fe de la Iglesia.
Según la evaluación, algunas religiosas intentaron justificar la disidencia de
la doctrina de la Iglesia y mostraron "poco respeto al Magisterio".
El
documento vaticano hace referencia, por ejemplo, a conclusiones de dichas
asambleas en las que se insta a las religiosas a "ir más allá de la
Iglesia", e incluso más allá de Jesús, posiciones que constituyen "un
rechazo de la fe" y son "fuente grave de escándalo".
Además,
la Santa Sede muestra su preocupación por "ciertos temas feministas
radicales que son incompatibles con la fe católica", frecuentes en algunos
programas y presentaciones patrocinadas por la LCWR, y por el riesgo de
distorsión de la enseñanza de la Iglesia sobre la divinidad de Cristo, la
Santísima Trinidad, la Eucaristía y la inspiración de la Sagrada Escritura.
En
la evaluación doctrinal advierte también que relevantes miembros de la
Leadership Conference of Women Religious disienten de la enseñanza de la
Iglesia sobre la sexualidad humana, y han manifestado su protesta sobre la
doctrina católica acerca de la ordenación mujeres y sobre la exclusión del
ministerio sagrado de las personas homosexuales.
Por
otra parte, se observa que, si bien estas religiosas son grandes defensoras de
temas de justicia social, se han mantenido en silencio sobre el derecho a la
vida desde la concepción hasta la muerte natural, que para los católicos debe
ocupar un lugar de privilegio en el debate público en Estados Unidos.
Mons.
James Peter Sartain informará regularmente a la Santa Sede y será secundado por
Mons. Blair y por Mons. Thomas J. Paprocki, obispo de Springfield, y por un
grupo asesor de sacerdotes, religiosas y otros expertos.
La
noticia no sólo tiene importancia por lo que respecta a la situación en Estados
Unidos, sino que también se debe tener en cuenta la gran influencia que tiene
la Leadership Conference of Women Religious (LCWR) en la Unión Internacional de
Superioras Generales (UISG), que en el año 2007 decidió, entre otras cosas,
“repensar nuestros votos desde el punto de vista ecológico” y apoyar la Carta
de la Tierra e incluir la llamada “espiritualidad de la tierra” en la formación
inicial y permanente de las vocaciones religiosas (vid. Juan Claudio Sanahuja,
Poder Global y religión universal, Vortice, Buenos Aires, 2010).
Fuentes:
Propias; CNA, 18-04-12.
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