En la denominada Plaza de la Revolución de Cuba más de trescientos mil cubanos corearon “Be-ne-dicto: los jóvenes cubanos son de Cristo”. No obstante, tras la Revolución que protagonizó Fidel Castro en Cuba, le impuso a este país su autoritaria decisión de constituirla en revolucionaria y atea durante 53 años.
Por Nélida Rebollo de Montes
En
su homilía el Papa manifestó: “Cuba y el mundo necesitan cambios”.
Un
conmovedor llamado para que se haga realidad “una Cuba abierta” fue una de las
más impresionantes manifestaciones del Papa Benedicto XVI. Habló de justicia,
paz, libertad y reconciliación. Afirmó que apoya “la justas aspiraciones y
legítimos deseos de todos los cubanos, lo de los presos y sus familiares”. En
una misa multitudinaria a pesar de que Raúl Castro ordenó la ausencia de los
disidentes a través de diversas presiones, el Santo Padre llamó a los cubanos a
luchar por “una sociedad abierta y renovada” cuando llegó el 26 de marzo de
2012 a la isla.
Trató
de no defraudar a nadie con su diáfana postura y su voz suave, firme y
convincente. No faltó el clima espiritual enrarecido por la oleada de arrestos
a los disidentes a quienes el gobierno totalitario impidió ir a la plaza
pública donde el Pontífice celebró una misa multitudinaria. Sin embargo, el
Papa dijo: “Vengo a Cuba como peregrino de la ciudad para confirmar a mis
hermanos en la fe y alentarlos en la esperanza que nace de la presencia del amor
a Dios en nuestras vidas”.
En
la ceremonia de bienvenida que tuvo en el aeropuerto de Cuba fue recibido con
todos los honores por una multitud que lo esperó para saludarlo con banderitas
vaticanas. El agradecimiento del Santo Padre y su deseo de que sus profecías se
cumplieran están en cada una de sus palabras: “Llevo en mi corazón las justas
aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, donde quiera que se
encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más
nobles; y, de modo especial de los jóvenes y ancianos, de los adolescentes y
niños, de los enfermos y trabajadores, de los presos y sus familiares, así como
de los pobres y necesitados”.
Contrastó
en la visita de Benedicto XVI el discurso de Raúl Castro con la insulza reiteración
sobre el calificativo que une a todos los tiranos de Latinoamérica sobre el
“imperialismo norteamericano” que de tanta obsesión patológica solo resuena a
mentira y a miserabilidad. Habló del bloqueo económico sin reconocer que los
verdaderos autores del bloqueo a Cuba son los hermanos Castro.
El
Papa Benedicto XVI al peregrinar hasta el Santuario de la Virgen habló de la
“renovación” para la isla comunista rogando por sus presos y por los que viven
separados de sus familias, como los dos millones de cubanos que debieron
exiliarse y viven fuera de Cuba. Pero el gobierno reiteró que no habrían
cambios políticos, solo están hablando de la actualización del “modelo
económico cubano, que haga el socialismo sustentable”. Cuando en realidad
perpetúan la expropiación colectivista y declaran que el individuo no tiene
derechos desde el estado absoluto que les permite adueñarse del poder absoluto.
El
Papa en otra de sus manifestaciones dijo que: “Resulta conmovedor ver cómo Dios
no solo respeta la libertad humana, sino que parece necesitarla”. Hizo un
llamado para que los cubanos “luchen para construir una sociedad abierta y
renovada, una sociedad mejor; más digna del hombre, que refleje más la bondad
de Dios”.
A
modo de contrapunto y sin darse por aludido de la abolición de la libertad,
Raúl Castro trata de intimidar a quienes dicen la verdad propagando injurias
contra los que permanecen dignos y resistentes y aun contra los que llevan la
chapa de su cobardía moral con el control estatal de la sociedad civil; reprimiendo
a quienes no ceden ni ante los asesinatos de patotas de delincuentes que matan
impunemente en nombre de la tiranía donde se vive sin garantías. Los amos de
Cuba someten en nombre de una patria que hace cincuenta y tres años está salida
de madre en forma aterradora y con pretensiones de infiltrarla en otras
culturas.
Cuando
el Papa habló sobre la libertad y el cambio fue inteligentemente directo, sin
confundir sus deseos con la neutralidad que no es otra cosa que debilidad. Lo
dicho por el Santo Padre en cada ocasión surgía de una transparente convicción
con fundamento en su misión de Pastor moral.
Ni
en México donde también fue recibido con los brazos abiertos y sagrado respeto,
el Papa no cometió trampas intelectuales, puso siempre por delante la verdad y
la forma de ver. Anunció un cambio en Cuba y en el mundo expresado
coherentemente y con la seguridad de quien sabe manejar la verdad con certeza
de su rectitud. Habló convincentemente hasta cuando rechazada los criterios de
la intimidación y los hechos ocultos de la realidad.
En
el Santo Padre no tienen lugar las elaboradas estructuras de palabrerío poco
claro.
La
mentalidad primitiva de los crueles carceleros del pueblo de Cuba y de la
perversa invasión y crímenes de los narcotraficantes en México, saben bien el
profundo valor que ha dejado en cada lugar Benedicto XVI con sus alocuciones.
Su paso fue calificado de celestial y contribuyó a ser menos doloroso el vacío
e impotencia propia que padecen los pueblos bajo la tiranía.
Ojalá
la desaprobación de la causa del sufrimiento de millones de víctimas, y por las
cuales rezó el Santo Padre tenga un impacto en la conciencia de los verdugos,
si es que la tienen. El impacto en el mundo libre y en el hombre libre ha
contado con alocuciones del Papa en constante expansión comprensiva a través
del conocimiento basado en el principio de que las acciones personales deben
ser coherentes con las convicciones de que no se debe falsear la realidad.
Bendijo a los que sufren persecuciones por conservar a toda costa una
conciencia transparente y pensante considerada sana y digna de respeto.
En
México, un candidato a la futura presidencia señaló los males que padece su
país, la violencia y la muerte provocada por bandas de traficantes de drogas o
narcotraficantes que han generado la penosa sensación de temor, impotencia y
duelo.
Monseñor
José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, también de México calificó de
dramática realidad que vive ese país cuyas raíces perversas alimentan la
pobreza, falta de oportunidades, corrupción, impunidad, injusticia, cambio
cultural y crisis de moralidad.
Aun
resuenan los anhelos del Papa cuando dijo: “Es necesario desterrar de América
Latina la venganza y el odio”.
Exhortó
al “respeto, la defensa y la promoción de la vida humana”.
Joseph
Ratzinger insistió en condenar la violencia y defender el poder del amor.
La
visita y los mensajes del Papa en este viaje por América Latina de habla
hispana han tenido una profunda señal de aprobación y un sentimiento
esperanzador de que el hombre posea un derecho inalienable a su propia vida.
*Nélida Rebollo
de Montes es Profesora y periodista, distinguida con el Premio Benefactora de
la Cultura. Ingresó en la Academia Provincial de la Historia con el trabajo
titulado “Mujeres de mayo y prácticas electorales de 1816”. Con el voto unánime
ingresó a la Sociedad Argentina de Escritores, institución que la distinguió
con la “Pluma de Oro”, con la “Faja de Honor” y el “Gran Premio de Honor”.
Autora del libro
“Nuestro Tiempo y Nuestras Razones”, que incluye una selección de sus artículos
periodísticos figura en las Universidades de Yale; de Columbia y en el catálogo
online de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos de Norteamérica. Esta
información está en internet.
Su Ensayo
“Rosalía de Castro. Antonio de la Torre : dos testimonios de la pasión poética”
fue incluido en la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela
(España); en la Biblioteca Pública de Nueva York y en la Universidad Stony
Brook de Nueva York de Estados Unidos de Norteamérica.
Fue galardonada,
en 1986, con el premio internacional “Honoris Causa”, otorgado por la Acción
Católica Argentina con sede en Los Ángeles, Estados Unidos de Norteamérica. En
el mismo año, la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados
Americanos (OEA) la premió en el año internacional de la Paz.
Fue elegida, en
1990, “Ciudadana Ilustre” por la Municipalidad de la Capital de San Juan y
condecorada, en 1994, por el Diario la Razón como periodista destacada del
interior del país. El Centro de Artistas Plásticos de San Juan la consagró, en
el mismo año, “Benefactora del Arte”. Tres veces premiada, en 1997, 2001 y
2005, por ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina) y, en
1990, con el “Santa Clara de Asís”.
La Dra. Rebecca
Ann Bill de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos), contratada
por FORES (Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia de la República
Argentina) consultó como fuente de de información un artículo periodístico de
la Profesora Nélida Rebollo de Montes (Argentina) titulado “La Suprema Corte de
Justicia en la Presidencia de Mitre” y fue seleccionada conjuntamente con el
Dr. Harold J. Berman (estadounidense) de la Universidad de Cambridge y profesor
emérito de la Universidad de Harvard. De ambos autores la Dra. Bill utilizó
datos para su obra de investigación: “Medición de la autonomía judicial.
Juzgado Federal de primera instancia en lo penal de la República
Argentina".
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