martes, 10 de abril de 2012

CULMINÓ LA PRIMERA GIRA DEL PAPA BENEDICTO XVI


En la denominada Plaza de la Revolución de Cuba más de trescientos mil cubanos corearon “Be-ne-dicto: los jóvenes cubanos son de Cristo”. No obstante, tras la Revolución que protagonizó Fidel Castro en Cuba, le impuso a este país su autoritaria decisión de constituirla en revolucionaria y atea durante 53 años.

Por Nélida Rebollo de Montes

En su homilía el Papa manifestó: “Cuba y el mundo necesitan cambios”.    

Un conmovedor llamado para que se haga realidad “una Cuba abierta” fue una de las más impresionantes manifestaciones del Papa Benedicto XVI. Habló de justicia, paz, libertad y reconciliación. Afirmó que apoya “la justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, lo de los presos y sus familiares”. En una misa multitudinaria a pesar de que Raúl Castro ordenó la ausencia de los disidentes a través de diversas presiones, el Santo Padre llamó a los cubanos a luchar por “una sociedad abierta y renovada” cuando llegó el 26 de marzo de 2012 a la isla.

Trató de no defraudar a nadie con su diáfana postura y su voz suave, firme y convincente. No faltó el clima espiritual enrarecido por la oleada de arrestos a los disidentes a quienes el gobierno totalitario impidió ir a la plaza pública donde el Pontífice celebró una misa multitudinaria. Sin embargo, el Papa dijo: “Vengo a Cuba como peregrino de la ciudad para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarlos en la esperanza que nace de la presencia del amor a Dios en nuestras vidas”.  
En la ceremonia de bienvenida que tuvo en el aeropuerto de Cuba fue recibido con todos los honores por una multitud que lo esperó para saludarlo con banderitas vaticanas. El agradecimiento del Santo Padre y su deseo de que sus profecías se cumplieran están en cada una de sus palabras: “Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, donde quiera que se encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles; y, de modo especial de los jóvenes y ancianos, de los adolescentes y niños, de los enfermos y trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados”.
Contrastó en la visita de Benedicto XVI el discurso de Raúl Castro con la insulza reiteración sobre el calificativo que une a todos los tiranos de Latinoamérica sobre el “imperialismo norteamericano” que de tanta obsesión patológica solo resuena a mentira y a miserabilidad. Habló del bloqueo económico sin reconocer que los verdaderos autores del bloqueo a Cuba son los hermanos Castro.
El Papa Benedicto XVI al peregrinar hasta el Santuario de la Virgen habló de la “renovación” para la isla comunista rogando por sus presos y por los que viven separados de sus familias, como los dos millones de cubanos que debieron exiliarse y viven fuera de Cuba. Pero el gobierno reiteró que no habrían cambios políticos, solo están hablando de la actualización del “modelo económico cubano, que haga el socialismo sustentable”. Cuando en realidad perpetúan la expropiación colectivista y declaran que el individuo no tiene derechos desde el estado absoluto que les permite adueñarse del poder absoluto.
El Papa en otra de sus manifestaciones dijo que: “Resulta conmovedor ver cómo Dios no solo respeta la libertad humana, sino que parece necesitarla”. Hizo un llamado para que los cubanos “luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor; más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”.
A modo de contrapunto y sin darse por aludido de la abolición de la libertad, Raúl Castro trata de intimidar a quienes dicen la verdad propagando injurias contra los que permanecen dignos y resistentes y aun contra los que llevan la chapa de su cobardía moral con el control estatal de la sociedad civil; reprimiendo a quienes no ceden ni ante los asesinatos de patotas de delincuentes que matan impunemente en nombre de la tiranía donde se vive sin garantías. Los amos de Cuba someten en nombre de una patria que hace cincuenta y tres años está salida de madre en forma aterradora y con pretensiones de infiltrarla en otras culturas.
Cuando el Papa habló sobre la libertad y el cambio fue inteligentemente directo, sin confundir sus deseos con la neutralidad que no es otra cosa que debilidad. Lo dicho por el Santo Padre en cada ocasión surgía de una transparente convicción con fundamento en su misión de Pastor moral.
Ni en México donde también fue recibido con los brazos abiertos y sagrado respeto, el Papa no cometió trampas intelectuales, puso siempre por delante la verdad y la forma de ver. Anunció un cambio en Cuba y en el mundo expresado coherentemente y con la seguridad de quien sabe manejar la verdad con certeza de su rectitud. Habló convincentemente hasta cuando rechazada los criterios de la intimidación y los hechos ocultos de la realidad.
En el Santo Padre no tienen lugar las elaboradas estructuras de palabrerío poco claro.
La mentalidad primitiva de los crueles carceleros del pueblo de Cuba y de la perversa invasión y crímenes de los narcotraficantes en México, saben bien el profundo valor que ha dejado en cada lugar Benedicto XVI con sus alocuciones. Su paso fue calificado de celestial y contribuyó a ser menos doloroso el vacío e impotencia propia que padecen los pueblos bajo la tiranía.
Ojalá la desaprobación de la causa del sufrimiento de millones de víctimas, y por las cuales rezó el Santo Padre tenga un impacto en la conciencia de los verdugos, si es que la tienen. El impacto en el mundo libre y en el hombre libre ha contado con alocuciones del Papa en constante expansión comprensiva a través del conocimiento basado en el principio de que las acciones personales deben ser coherentes con las convicciones de que no se debe falsear la realidad. Bendijo a los que sufren persecuciones por conservar a toda costa una conciencia transparente y pensante considerada sana y digna de respeto.
En México, un candidato a la futura presidencia señaló los males que padece su país, la violencia y la muerte provocada por bandas de traficantes de drogas o narcotraficantes que han generado la penosa sensación de temor, impotencia y duelo.
Monseñor José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, también de México calificó de dramática realidad que vive ese país cuyas raíces perversas alimentan la pobreza, falta de oportunidades, corrupción, impunidad, injusticia, cambio cultural y crisis de moralidad.
Aun resuenan los anhelos del Papa cuando dijo: “Es necesario desterrar de América Latina la venganza y el odio”.
Exhortó al “respeto, la defensa y la promoción de la vida humana”.
Joseph Ratzinger insistió en condenar la violencia y defender el poder del amor.
La visita y los mensajes del Papa en este viaje por América Latina de habla hispana han tenido una profunda señal de aprobación y un sentimiento esperanzador de que el hombre posea un derecho inalienable a su propia vida.


*Nélida Rebollo de Montes es Profesora y periodista, distinguida con el Premio Benefactora de la Cultura. Ingresó en la Academia Provincial de la Historia con el trabajo titulado “Mujeres de mayo y prácticas electorales de 1816”. Con el voto unánime ingresó a la Sociedad Argentina de Escritores, institución que la distinguió con la “Pluma de Oro”, con la “Faja de Honor” y el “Gran Premio de Honor”.
Autora del libro “Nuestro Tiempo y Nuestras Razones”, que incluye una selección de sus artículos periodísticos figura en las Universidades de Yale; de Columbia y en el catálogo online de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos de Norteamérica. Esta información está en internet.
Su Ensayo “Rosalía de Castro. Antonio de la Torre : dos testimonios de la pasión poética” fue incluido en la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela (España); en la Biblioteca Pública de Nueva York y en la Universidad Stony Brook de Nueva York de Estados Unidos de Norteamérica.
Fue galardonada, en 1986, con el premio internacional “Honoris Causa”, otorgado por la Acción Católica Argentina con sede en Los Ángeles, Estados Unidos de Norteamérica. En el mismo año, la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA) la premió en el año internacional de la Paz.
Fue elegida, en 1990, “Ciudadana Ilustre” por la Municipalidad de la Capital de San Juan y condecorada, en 1994, por el Diario la Razón como periodista destacada del interior del país. El Centro de Artistas Plásticos de San Juan la consagró, en el mismo año, “Benefactora del Arte”. Tres veces premiada, en 1997, 2001 y 2005, por ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina) y, en 1990, con el “Santa Clara de Asís”.
La Dra. Rebecca Ann Bill de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos), contratada por FORES (Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia de la República Argentina) consultó como fuente de de información un artículo periodístico de la Profesora Nélida Rebollo de Montes (Argentina) titulado “La Suprema Corte de Justicia en la Presidencia de Mitre” y fue seleccionada conjuntamente con el Dr. Harold J. Berman (estadounidense) de la Universidad de Cambridge y profesor emérito de la Universidad de Harvard. De ambos autores la Dra. Bill utilizó datos para su obra de investigación: “Medición de la autonomía judicial. Juzgado Federal de primera instancia en lo penal de la República Argentina".



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