En la foto: Manuela y su nieto
Hasta cuando tendremos que soportar que se manipule con nuestros valores más sagrados, ¡La Vida de nuestros niños!
Escribe Manuela Lastra
Mucho se viene hablando de los proyectos que vienen caminando despacio pero sin pausa, sobre la despenalización del aborto, despenalización que trae encubierta la firme decisión, cobarde y asesina, de mentes enfermas que determinan la pena de muerte en el seno materno de un ser inocente, por supuesto que... para ciertos casos muy particulares y selectivos desde el juicio del humano... ¿Humano....????
La voz de muchos se hace oír en contra de la legalización del aborto. Pero el eco de esas voces no es lo suficientemente dura y fuerte como para que se escuche en todo el territorio argentino. Seguramente si un legislador propusiera imponer la pena de muerte para delincuentes asesinos y violadores, los "hipócritas derechos humanos que son bien retorcidos" estarían reclamando por esos "seres humanos".
Estas mentes enfermas y diabólicas prefieren condenar un ser inocente, pequeñito, con brazos, piernas, ojos, corazón, manitas, y todo lo que amamos y acariciamos en nuestros niños, antes que eliminar un ser degenerado, implacable, asesino, y todo calificativo que encierra su conducta.
¿Qué mueve a seres humanos con un cierto intelecto capaz de entender esta diferencia a no ver los derechos humanos de un ser a imagen y semejanza de Dios en su estado más indefenso? Solo se me ocurre decir ¡cobardía y maldad! dos calificativos que hoy abundan en las manos de quienes tienen poder de decisión legislativa.
No menos cierto es que un porcentaje importante, (anestesiando su conciencia), de la ciudadanía admite estas prácticas aberrantes. Yo puedo entender cualquier error humano, puedo justificar conductas que se generan en un límite o crisis personal. Lo que condeno y repudio es la frialdad con que nuestros representantes se prestan a tratar la legalización de semejante tortura seguida de muerte.
Ya lo dijo Teresa de Calcuta... "la sola mención de tratar el tema en un país, nos habla de una sociedad enferma". Creo que esta frase debería ocupar el tiempo de los legisladores argentinos, primero sanar nuestro espíritu y luego repudiar desde los diputados y senadores de cualquier credo religioso, la sola presentación de estos proyectos.
No me pidan que suavice los términos, solo me produce asco y repulsión que, en una fría ley, se pueda disponer de los seres inocentes que Dios pone en nuestras manos para que los amemos y cuidemos. Pero mucho peor me siento cuando se positivamente de que, practicantes de la Fe en la Legislatura Argentina, no levanten la voz jugándose por el Derecho a la Vida.
Pido a Dios Nuestro Padre les inunde de sabiduría para que no se continúe con la cultura de la muerte en manos de legisladores mantenidos con nuestro dinero, esfuerzo y sudor.
¡Dios los perdone!
A mi me cuesta.
Manuela Lastra
Concejal PJ - Henderson - Pcia. Bs As
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