Los refranes encierran sabiduría. Son "la experiencia" de los pueblos. Suelen ser concisos y transmiten un claro mensaje. El que titula este artículo es así: "Mientras no se saque al muerto de la piscina, de poco vale echarle cloro".
Por Oswaldo Pulgar Pérez
Quiere decir que si no vamos a la raíz de los asuntos, no los podremos solucionar. Pongamos un ejemplo. Uno de nuestros hijos no estudia, saca malas notas y nos tiene desesperados. El nerviosismo y la impaciencia empeoran las cosas. De nada servirán los regaños, los sermones, los consejos. Le entrarán por un oído y le saldrán por el otro.
Lo que servirá es llegar a la raíz de su falta de interés. El adolescente es como un volcán en ebullición. Comienzan las ansias de independencia, quieren solidificar su personalidad. Suelen ser antitodo: rebeldes, pero de los que no aportan soluciones.
Muchas veces no podremos hacer otra cosa sino esperar a que el tsunami se tranquilice. Los jóvenes a esta edad no les gusta dialogar. No les gusta ventilar sus problemas con los papás.
Prefieren ir a consultar con el amigo o la amiga más cercana. Lo malo viene cuando ese amigo o amiga más cercanos no son un dechado de virtudes. Serán mal aconsejados y pueden terminar mal.
Si invertimos tiempo para estar con ellos, será distinto. Hoy padecemos de "falta de comunicación". Pasa no solo en el hogar, también en las empresas. La falta de comunicación genera desconfianza ya que se empiezan a construir "castillos en el aire" que con una breve conversación, se desinflan.
A veces no sabemos escuchar. Pensamos solo en imponer nuestro criterio, para demostrar poder. Pero educativamente, no haremos nada. El cariño, demostrado en la capacidad de dialogar, es el bálsamo que lubrica las relaciones.
Veamos algunos consejos que pueden ayudar en el gobierno del hogar. Están tomados del libro "Surco" de San Josemaría Escrivá. Se refieren al gobierno y se pueden aplicar perfectamente al hogar:
"Autoridad no consiste en que el de "arriba" grite al de "abajo". Con esa caricatura de la autoridad, aparte de la falta de corrección, solo se consigue que quien manda se vaya alejando de sus subordinados. Por muy grandes que sean tu preparación y tu talento, debes oír a quienes comparten contigo esa tarea de dirección.
Los instrumentos más fuertes y eficaces, si se les trata mal, se mellan, se desgastan, se inutilizan. El buen pastor no necesita atemorizar a sus ovejas. Semejante comportamiento, es propio de los malos gobernantes. Por eso, a nadie le extraña que acaben odiados o solos.
Gobernar muchas veces consiste en "ir llevando" a la gente con paciencia y cariño. Cada uno es perfeccionable, pero no perfecto. Cuando tengas que mandar, no humilles. Actúa con delicadeza: respeta la inteligencia y la voluntad del que obedece.
El buen gobernante sabe que puede, ¡que debe! aprender de los demás. Ten paciencia, Los resultados no se obtienen en los primeros intentos. Las personas como las plantas, necesitan tiempo para madurar y crecer.
Debemos ser sinceros y claros; lo agradece todo el mundo. No es solución retrasar la solución de los problemas. "Se puede hacer daño, por temor a herir".
El hogar es una empresa, aunque con sus características peculiares. No lo podemos deshumanizar. Los animales no se pueden degradar, el hombre sí. Un tigre no puede destigrarse. Los hombres, en cambio nos deshumanizamos con facilidad. Para educar bien hacen falta tres requisitos: tiempo, cariño y firmeza.
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