En las familias en las que el padre juega más con sus hijos pequeños, las parejas tienden a apoyar más los estilos de crianza de sus cónyuges.
Por Robert Preidt
Sin embargo, investigadores informan que las parejas que cuidan juntas de sus hijos en edad preescolar podrían tener más desacuerdos que aquellas en las que la madre es la cuidadora principal.
En el estudio de la Universidad estatal de Ohio participaron 112 parejas del centro de los EE. UU. que tenían un hijo de cuatro años. Las parejas llenaron cuestionarios en los que se les preguntaba la frecuencia con la que cada uno de los padres jugaba con el niño y la frecuencia con la que participaba cada uno en las actividades de cuidado, como bañarlo.
Los investigadores observaron a cada pareja durante veinte minutos mientras ayudaron al niño a completar dos tareas, hacer un dibujo de su familia y utilizar fichas de construcción para armar una casa.
El estudio halló que las parejas tenían una relación de crianza conjunta más sólida y de más apoyo cuando el padre pasaba más tiempo jugando con el niño. Sin embargo, las parejas tendían a apoyar menos y a menoscabar las conductas de crianza conjunta si el padre participaba más en el cuidado.
Los hallazgos sorprendieron a los investigadores y podrían desilusionar a quienes creen que tanto la madre como el padre deben compartir equitativamente el cuidado de los hijos, señaló Sarah Schoppe-Sullivan, coautora del estudio y profesora de desarrollo humano y ciencias familiares.
Sin embargo, el estudio no hace más que mostrar que hay más de una manera de compartir las labores de la crianza.
"Ciertamente, se puede tener una relación sólida de crianza conjunta sin compartir equitativamente las responsabilidades del cuidado", aseguró Schoppe-Sullivan en un comunicado de prensa de la universidad.
El estudio aparece en la edición de enero de la revista Developmental Psychology.
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