Por Chris Jackson
Si alguna vez te has preguntado cómo el Cuerpo Místico de Cristo podría reducirse a un mosaico de ONG, galerías de arte y redes activistas, no busques más allá de las noticias católicas de esta semana.
Tenemos a un sacerdote peruano secularizado que afirma que Roma lo condenó sin pruebas, “teólogos” africanos que prometen “cambiar permanentemente el rumbo de la historia” a través de la “sinodalidad” inspirada en Ubuntu, la mayor organización católica de scouts francesa que elige a una lesbiana proaborto antes de recordar que se supone que debe ser católica, un “obispo” austriaco que descubre de repente que las crucifixiones simuladas son malas, pero solo si la víctima es Donald Trump, y “obispos” alemanes que se contradicen públicamente sobre la mejor manera de bendecir la sodomía.
Y por si pensabas que aún quedaba algún freno en este tren descontrolado, un destacado “teólogo” alemán está pidiendo abiertamente que diez “obispos” desafíen a Roma y ordenen a cincuenta sacerdotes casados para 2027.
Bienvenidos a la Nueva Primavera de la Iglesia.
Perú: condenado sin juicio
El caso de monseñor Ricardo Coronado Arrascue ilustra la evolución de la definición de justicia del Vaticano: “No necesitamos pruebas; tenemos una narrativa”. Coronado insiste en que nunca cometió los delitos sexuales que se le imputan, que no se nombró a ninguna víctima, que no se le dio ninguna advertencia y que el Dicasterio para el Clero utilizó un “proceso acelerado” que normalmente se reserva para los abusadores más atroces.
Ricardo Coronado Arrascue, silenciado por la mafia lavanda
En la Iglesia católica real, un clérigo acusado de delitos graves tiene derecho a una defensa y a la apariencia de imparcialidad. En la Iglesia moderna, la culpabilidad puede determinarse en función de si tu defensa salpica al hombre equivocado en Roma.
África: sinodalidad bajo el árbol de la palabrería
El Jubileo Católico Panafricano sobre Teología, Sociedad y Vida Pastoral puede parecer una inocente conferencia teológica. Pero el lenguaje de sus organizadores es puro cliché sinodal: “romper el ciclo de dependencia” mediante la “resiliencia institucional” y el “modelo africano” escondido en la palabrería de “escuchar todas las voces”.
Lo que falta en la cobertura es cualquier mención a la predicación de Cristo crucificado, al llamado a los paganos a la conversión o a la resistencia a la corrupción moral que inunda África desde Occidente. En cambio, se nos promete la “contribución africana” a la “conversación global”, una conversación cuyos términos son dictados en Roma, redactados en Bruselas y aprobados bajo el árbol de la palabrería.
Francia y una líder scout abortista
Nunca debería haber sido posible que Marine Rosset, una política del Partido Socialista en una unión homosexual y abiertamente a favor del aborto, fuera elegida presidenta de Scouts et Guides de Francia. Sin embargo, en junio ganó por una abrumadora mayoría de 22 votos contra 2. Solo tras la indignación pública dimitió, alegando comentarios “violentos y discriminatorios” y amenazas en Internet.
Los scouts franceses tienen capellanes, pero al parecer nadie con suficiente firmeza católica como para vetar esa elección antes de que se produjera.
Austria: la blasfemia está bien, salvo si se trata de Trump
El obispo Hermann Glettler, de Innsbruck, lleva años respaldando o exhibiendo “arte” blasfemo, desde un “reloj de Jesús” que mutila el corpus hasta un “crucifijo climático” o una rana crucificada que compró con orgullo para poder “experimentar la provocación de la cruz” en su propia posesión.
Alemania: Las guerras de las bendiciones
Tres meses después de que los obispos alemanes publicaran sus propias directrices para bendecir a las parejas del mismo sexo, las diócesis del país están divididas casi a partes iguales entre la negativa rotunda, la aplicación total y un término medio difuso de “discreción pastoral”.
Cinco diócesis se adhieren a Fiducia Supplicans, que en sí misma no es un modelo de ortodoxia, pero al menos insiste en que dichas bendiciones sean breves, no litúrgicas y discretas. Otras diócesis están organizando “celebraciones de bendición” con música, procesiones y cobertura de la prensa, convirtiendo lo que Roma presentó como una indulgencia privada en un ritual público.
El cardenal Müller ha calificado acertadamente esta práctica de “fraude piadoso”, comparándola con el comercio de indulgencias antes de la Reforma. Tiene razón, pero en la Alemania actual, el fraude es deliberado.
Alemania, otra vez preparando el próximo cisma
Como si no bastara con disfrazar litúrgicamente el pecado mortal, el “sacerdote” y “teólogo” Ulrich Lüke ha propuesto ahora que diez obispos alemanes desafíen conjuntamente a Roma ordenando sacerdotes a cincuenta hombres casados en 2027. El acto sería “válido pero no legal”, lo que crearía un caos eucarístico instantáneo y desafiaría a Roma a destituirlos.
Conclusión: El gran desenmascaramiento
A África se le enseña a abrazar el “diálogo Ubuntu”, a Francia a normalizar el liderazgo favorable al aborto, a Austria a aprobar cualquier blasfemia excepto la políticamente inconveniente, y a Alemania a institucionalizar tanto el fraude litúrgico como la rebelión sacramental.
Nada de esto se detendrá con comunicados de prensa corteses o críticas cautelosas de “obispos conservadores”.
La única resistencia real vendrá de aquellos que estén dispuestos a llamar a la revolución por su nombre y a mantenerse completamente al margen de su lógica.
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