Por Armando F. Valladares
El periodista José Antonio Ureta, del Instituto Plinio Corrêa de Oliveira, de Brasil, acaba de publicar un documentado libro de 200 páginas bajo el título “El Cambio de Paradigma del Papa Francisco - ¿Ruptura o continuidad de la misión de la Iglesia? – Balance de cinco años de pontificado”.
Citando abundante documentación, el estudio constata con dolor, de manera objetiva, aspectos izquierdistas del actual pontificado del papa Francisco. En las palabras del mismo Pontífice, se van abriendo paso conceptos tales como “cambio de paradigma” y “revolución cultural” para caracterizar las profundas y peligrosas innovaciones que se están introduciendo. Alegando seguir esa huella pontificia, algunos teólogos y pastores, y muchos líderes izquierdistas, defienden la necesidad de concebir de modo radicalmente nuevo a la Iglesia en su estructura, en su doctrina, en su praxis pastoral y en su modo de relacionarse con el mundo contemporáneo.
Ureta recuerda, junto con decenas de dolorosos ejemplos, una conferencia de prensa en la cual el sanguinario dictador Raúl Castro, después de su visita al Vaticano, en mayo de 2015, declaró que lee “todos los discursos del Papa”, y que “si el pontífice sigue así”, Castro volverá a ser católico, al mismo tiempo que continuará “militando en el Partido Comunista”.
En la misma ocasión, escribí un articulo constatando que “el pontífice Francisco recibió al tirano Raúl Castro y, en medio de sonrisas y amabilidades mutuas, estrechó largamente sus manos ensangrentadas, llegando a pedir al líder comunista que rezara por él; es una escena escalofriante y estremecedora que, delante de Dios y de la Historia, marcará de manera indeleble el actual pontificado”. Y me vi en el deber de conciencia de manifestar: “Se levantan las más graves preguntas, no solamente sobre Castro y sus secuaces, sino sobre las intenciones de fondo de la “ostpolitik” vaticana con relación al comunismo cubano, a sus objetivos y a sus metas: ¿qué se pretende?; ¿hacia dónde se va?; ¿hasta dónde se pretende llegar?; ¿y cuáles son las consecuencias para la fe y la doctrina católica, de estas actitudes tan disímiles con la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el comunismo “satánico” e “intrínsecamente perverso”? (Francisco, el nuncio y el tirano; Destaque Internacional, 12 de mayo de 2015).
El viaje posterior del Papa Francisco a Cuba, que tanto benefició publicitariamente al régimen comunista, y tanto aumentó el sufrimiento de los desdichados cubanos esclavizados, también se menciona en el libro de Ureta. Diversos observadores consideraron el encuentro solicitado por el propio Papa Francisco al sanguinario Fidel Castro como uno de los puntos culminantes más dolorosos del viaje papal a la isla-prisión.
Se trataba del mismo Fidel Castro que durante décadas persiguió implacablemente a los católicos, llegando a mandar fusilar a tantos jóvenes mártires católicos, que morían en el “paredón” gritando “¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo!”
En esa coyuntura, me vi en el deber de conciencia de publicar un nuevo artículo constatando que el “abrazo” del Pastor de los Pastores fue casi enteramente para los Lobos cubanos y, en particular, para el Lobo de los Lobos, Fidel Castro, a cuya madriguera Francisco acudió casi en peregrinación (Cuba: Francisco abraza a los Lobos y apuntala el “muro” comunista; Destaque Internacional, 03 de octubre de 2015). Ureta tiene la amabilidad de citar en su libro una frase de la conclusión de mi artículo, en la cual afirmo que la actitud de Francisco “fue la de quien estaba visitando a un venerable profeta y no a un sanguinario dictador”.
Me he limitado, en mi condición de católico cubano, a dos ejemplos citados ahora por Ureta, y que yo ya había comentado, que dicen respecto a mi querida Patria cubana. No obstante, el panorama de la crisis presentada en su libro es de una amplitud muchísimo mayor, de carácter universal.
La perspectiva dramática del libro de Ureta constituye un desafío para la conciencia de un número creciente de católicos que vislumbran en el “cambio de paradigma” una discontinuidad con un magisterio que ha permanecido inmutable por siglos. Esa discontinuidad lleva a esos católicos, según el referido periodista, a preguntarse:
¿Es legítimo a los fieles resistir en determinadas circunstancias a la autoridad eclesiástica, inclusivo a la del Sumo Pontífice? ¿Es posible que hoy nos encontremos en una situación análoga a la que llevó al Apóstol San Pablo a resistir al primer Papa (Gal 2,11)? En las páginas del libro, junto con una visión panorámica de cinco años de pontificado, el lector encuentra respuestas claras y fundamentadas a estas preguntas sobre el “cambio de paradigma”, así como de la legítima conducta a ser adoptada ante ese cambio.
En ese sentido, Ureta muestra la actualidad de la Declaración de Resistencia escrita por Plinio Corrêa de Oliveira en 1974, durante el pontificado del Papa Pablo VI, titulada “La política de distensión del Vaticano con los gobiernos comunistas – Para la TFP, ¿cesar la lucha o resistir?”. En esa Declaración se afirma que es totalmente lícito a los católicos manifestar respetuosa oposición a la colaboración diplomática de la Santa Sede con regímenes comunistas, inspirándose en la actitud de resistencia del apóstol San Pablo ante ciertas medidas de San Pedro que podían causar confusión doctrinaria en los fieles ( Gal. II, 11). El periodista Ureta concluye destacando la enorme actualidad de dicho documento, en el contexto del pontificado del Papa Francisco.
La Declaración de Resistencia, dígase de pasada, ha servido de inspiración, durante décadas, a los católicos cubanos, de la isla y del destierro, que se oponen a la “ostopolitik” vaticana hacia el comunismo cubano, tal como narré en uno de mis artículos sobre tan delicado tema (Cuba, China y legítima resistencia al acercamiento vaticano con regímenes comunistas; Destaque Internacional, 26 de febrero de 2018).
Los interesados en profundizar estos delicados temas pueden bajar gratuitamente el libro de José Antonio Ureta em idioma portugués, en el link https://ipco.org.br/download/87955/ (en PDF, 199 páginas)
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Armando Valladares, escritor, pintor y poeta, pasó 22 años en las cárceles políticas de Cuba. Es autor del best-seller "Contra toda esperanza", donde narra el horror de las prisiones castristas. Actualmente es presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Interamerican Institute for Democracy (IID). Fue embajador de los Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU bajo las administraciones Reagan y Bush. Recibió la Medalla Presidencial del Ciudadano y el Superior Award del Departamento de Estado. En 2016 fue condecorado con la Medalla de Canterbury, un premio a la lucha por la libertad religiosa en el mundo entero, auspiciado por el Fondo Becket por la Libertad Religiosa. Ha escrito numerosos artículos sobre la colaboración eclesiástica con el comunismo cubano, y sobre la "ostpolitik" vaticana hacia Cuba, incluyendo los pontificados de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I, todos publicados en el sitio web www.cubdest.org
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