Hay
un vínculo directo entre la mala alimentación y el agotamiento. "Un estado
nutricional deficitario disminuye la actividad de las principales funciones
orgánicas, incluido el cerebro”.
“Una
persona mal alimentada puede padecer alteraciones psicológicas debido a un mal
funcionamiento cerebral. Por tanto, mejorar los hábitos en la mesa aliviará los
estados de decaimiento, fatiga y desánimo", asegura Óscar Asorey,
psicólogo del Instituto Superior de estudios psicológicos (ISEP Clinic) y
experto en Trastornos de la Alimentación.
Identifica las
causas
Los
cambios de estación, el estrés, no respetar los horarios de las comidas y de
sueño, dormir poco o seguir una dieta rica en grasas son algunas de las causas
que nos hacen sentirnos cansados. "Una dieta equilibrada, en la que haya
al menos cinco comidas al día, nos permitirá superar este estado de
debilidad", explica la dietista Idoya Ferraz.
Si
estás agotado y sientes que no puedes con tu cuerpo, no tomes bebidas
excitantes (café, té…), porque en un primer momento elevan el estado de ánimo
pero, al cabo de dos horas, la energía vuelve a caer.
Para
aumentar la vitalidad sin engordar necesitas mantener los niveles de glucosa
estables. Para ello, "ingiere alimentos ricos en hidratos de carbono, como
pan, arroz, cereales, pasta y patatas", explica Ferraz.
"Cuando
una persona se toma un café o un refresco azucarado porque está de mal humor o
baja de energía (lo que llamamos hipoglucemia) y quiere cargar las pilas, no
está haciendo otra cosa que asegurar la hipoglucemia que sufrirá al cabo de dos
o tres horas, cuando el efecto rebote se produzca", detalla Patrick
Holford en su libro Nutrición energética y salud. Te contamos qué debes incluir
o eliminar de tu dieta para estar llena de vitalidad.
Reduce el
consumo de alcohol
Y
de tabaco, helados, productos de repostería y fruta en exceso, sobre todo la
tropical, porque provocan altibajos importantes desde el punto de vista
emocional y energético.
Toma más hierro
Su
carencia produce debilidad y cansancio así que, come carne roja, pescado,
cereales, legumbres, verduras (en especial espinacas y zanahorias) y fruta (las
uvas y los higos aportan más energía).Come frutos secos. No debes olvidar los
minerales, especialmente el zinc, el magnesio y el potasio, necesarios para el
correcto funcionamiento del sistema nervioso. Están en los frutos secos, las
legumbres, los cereales integrales y el marisco, que han de estar presentes en
tu menú.
Come pescado y
lácteos
"Los
cambios en los niveles de serotonina también provocan alteraciones del estado
del ánimo", advierte Óscar Asorey. Por eso conviene tomar alimentos ricos
en triptófano –un aminoácido fundamental para el organismo como pescados, leche
y derivados, huevos, plátano y lechuga.
No olvides la
vitamina B
La
carencia de vitaminas del grupo B, que actúan sobre el sistema nervioso y
mental, puede ocasionar altibajos, así que es recomendable tomar levadura de
cerveza, melón, repollo y vegetales.
En
definitiva, lo que necesitamos para conseguir superar un estado de cansancio permanente
es una alimentación con menos calorías y grasas y más saludable.
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