Este mes mariano es un momento adecuado para intensificar nuestra devoción a María, porque nadie ama totalmente a Jesús si no ama a su Madre.
Por María Ferraz/Encuentra
Los frutos de la devoción a la Santísima Virgen:
a) Ella por su gran poder de intercesión, consigue las mayores gracias de Dios para que sus devotos vivan mejor su vida cristiana, conduciéndolos hasta las cimas de la santidad. Ella es la Reina de los santos
b) A los pecadores, que junto con el deseo de enmendarse la honran y se ponen bajo su protección, les alcanza la gracia de la conversión y no dejará de socorrerlos y de conducirlos a Dios. Ella es Refugio de los pecadores.
c) A quienes la invocan confiada y perseverantemente, María puede alcanzarles la gracia de la perseverancia final. Y, por eso, le pedimos en el Ave María: "ruega por nosotros… en la hora de nuestra muerte". Ella es Auxilio de los moribundos.
Algunas sugerencias:
Incorporar o mejorar el rezo del Ángelus, del Rosario, o las 3 Avemarías de la noche
Ofrecerle todo nuestro día por la mañana y pedirle que nuestras gestiones tengan éxito
Hacer con nuestra familia o amigos una peregrinación a alguna ermita o iglesia, rezando las 3 partes del Rosario
Tener una o más imágenes de la Virgen en casa a las que saludaremos cuando entremos en la habitación
Tenerla presente durante nuestro día
Poner flores frescas junto a su imagen
Meditar especialmente en la vida de María los sábados o rezarle la Salve
Poner en sus manos maternas nuestros problemas y agradecerle sus favores y su papel de corredentora
Llevar la medalla escapulario que contiene grandes promesas.
Religión, la Voz Libre
Los frutos de la devoción a la Santísima Virgen:
a) Ella por su gran poder de intercesión, consigue las mayores gracias de Dios para que sus devotos vivan mejor su vida cristiana, conduciéndolos hasta las cimas de la santidad. Ella es la Reina de los santos
b) A los pecadores, que junto con el deseo de enmendarse la honran y se ponen bajo su protección, les alcanza la gracia de la conversión y no dejará de socorrerlos y de conducirlos a Dios. Ella es Refugio de los pecadores.
c) A quienes la invocan confiada y perseverantemente, María puede alcanzarles la gracia de la perseverancia final. Y, por eso, le pedimos en el Ave María: "ruega por nosotros… en la hora de nuestra muerte". Ella es Auxilio de los moribundos.
Algunas sugerencias:
Incorporar o mejorar el rezo del Ángelus, del Rosario, o las 3 Avemarías de la noche
Ofrecerle todo nuestro día por la mañana y pedirle que nuestras gestiones tengan éxito
Hacer con nuestra familia o amigos una peregrinación a alguna ermita o iglesia, rezando las 3 partes del Rosario
Tener una o más imágenes de la Virgen en casa a las que saludaremos cuando entremos en la habitación
Tenerla presente durante nuestro día
Poner flores frescas junto a su imagen
Meditar especialmente en la vida de María los sábados o rezarle la Salve
Poner en sus manos maternas nuestros problemas y agradecerle sus favores y su papel de corredentora
Llevar la medalla escapulario que contiene grandes promesas.
Religión, la Voz Libre
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