Las personas que viven solas buscan en muchos casos la compañía en casa de una mascota. Sin embargo, hay que considerar también cómo se sienten algunos animales de compañía con el hecho de quedar mucho tiempo solos.
Los gatos son más independientes que los perros, pero tampoco deben pasar todo el día solos, sobre todo si no tienen un compañero.
Los gatos se prestan a pasar tiempo en el sofá frente al televisor haciendo arrumacos. Los perros son un buen aliciente para salir a pasear. Y los conejos suelen dejarse acariciar sin problemas.
Sin embargo, la relación con la mascota puede entrar en crisis cuando el dueño o dueña trabaja. Mientras que hay algunos animales que pueden pasar horas solos sin problemas, hay otros en las que la soledad causa trastornos de comportamiento.
Los expertos recomiendan, por ello, que las personas que viven solas y trabajan tengan al menos dos animales o que, si no, prescindan de buscar un amigo de cuatro patas.
"Los perros no pueden estar solos más de cuatro horas en ningún caso", dice Jutta Siebers, directora de la Federación de Protección Animal en la ciudad alemana de Moers.
Al margen de que hay que sacarlos a pasear para que hagan sus necesidades, los perros necesitan una persona de referencia incluso más que otros animales. Y si esta los deja todo el día solos, lo pasan mal.
"Desgraciadamente, sigue habiendo perros que tienen que vivir bajo esas circunstancias", indica Ulrike Bante, que trabaja en la revista alemana especializada "Ein Herz für Tiere" (Corazón para los animales).
Los gatos son menos dependientes de los cuidados de sus dueños, pero tampoco les gusta la soledad. "Los gatos pueden quedarse más tiempo solos que los perros, pero se recomienda en cualquier caso tener un segundo gato como compañero", aconseja Marion Steinbach, portavoz de la Asociación de Protección Alemana en Bonn.
Un animal solo, siente que lo hacen a un lado, y empieza a arañar muebles o a ser menos limpio. Solo en caso de que haya al menos dos gatos deberían quedarse solos todo el día.
La combinación que suele ser más exitosa en una convivencia es la de una gata y un gato castrado.
"Las hembras pueden ser muy caprichosas e individualistas", indica. Los machos, por el contrario, "se inclinan a tener luchas entre ellos", según la experta Siebers.
En cualquier caso, lo ideal es echar un ojo al arenero por la mañana antes de salir de casa y, en caso de necesidad, limpiarlo, así como dejar suficiente alimento y agua.
Más apropiados para personas que viven solas son los roedores como, por ejemplo, los hámsters, las cobayas o los conejos enanos. Pero también es en compañía de otros congéneres como mejor se encuentran estos.
"Una cobaya sola se siente aislada y, por lo general, muere antes", explica Bante. Los roedores deberían estar en una jaula lo más grande posible y tener suficientes opciones para jugar.
Los pájaros, cuando están en pareja o en grupo, también pueden pasar horas sin necesidad de la presencia de sus dueños.
Según Jörg Styrie, que trabaja para la Unión contra el Abuso de Animales, las aves como los periquitos son los únicos animales que deberían tener las personas que viven solas y no están en casa.
Marion Steinbach, de la Asociación de Protección Animal, apunta además a que hay que pensar en casos de emergencia.
"Si uno llega a casa del trabajo a las seis o las siete de la tarde, ya no puede ir al veterinario por lo general, y hay que tener en cuenta que nuestro animal necesitará vacunas y que se pondrá enfermo", advierte.
Por eso, antes de decidir tener un animal en casa, habrá que ver si hay algún amigo o vecino que pueda ayudarnos y encargarse de esas cosas.
Incluso cuando se tienen dos o más animales, no hay que dejarlos solos por las noches. Aunque estén de a dos, a los gatos también les gusta que los acaricien y también un grupo de periquitos se alegra cuando por la noche se les abre la puerta de la jaula.
Ulrike Bante aconseja los peces a las personas que pasan mucho tiempo en el trabajo y, aun así, quieren tener animales en casa. "Lo mejor es un acuario; además, es fácil de cuidar", indica.
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