jueves, 3 de abril de 2014

FRANCISCO: “REGAÑAD UN POCO AL SEÑOR”


“No te contengas cuando reces a Dios: dile exactamente lo que te pasa e insiste en que cumpla sus promesas” dijo Francisco.


“La oración debe ser como hablar cara a cara con un amigo: sin miedo, con libertad y también con insistencia”, dijo Francisco en su homilía del 3 de abril durante una misa matutina en la capilla de la Domus Sanctae Marthae.

La homilía de Francisco se centró en la lectura del día del Libro del Éxodo (32:7-14), en la que Moisés ruega a Dios que perdone a su pueblo, a pesar de que han creado un becerro de oro para adorarlo como su dios.

“Dios dice que va a dejar que su ira arda contra ellos para consumirlos, pero Moisés recuerda al Señor que se trata de su propio pueblo al que ya ha salvado antes y ha prometido hacer que sus descendientes sean tan numerosos como las estrellas del cielo”.

Francisco dijo que Moisés muestra cómo “debe sentirse y sonar realmente la oración a Dios: no llena de palabras vacías, sino una sentida y verdadera lucha con Dios”.

“Moisés es valientemente insistente y argumenta su punto de vista, y la oración debe ser también una negociación con Dios, presentando argumentos que apoyen la propia posición”.

“Cuando Dios decide no castigar a su pueblo, no es Dios quien ha cambiado, sino Moisés”, dijo.

“Hablando libremente del problema y subrayando todas las formas en que Dios siempre ha mostrado su misericordia, Moisés pudo redescubrir, en lo profundo de su corazón, lo que su cabeza ya más o menos sabía”.

“La oración cambia nuestros corazones. Nos ayuda a comprender mejor cómo es nuestro Dios, ayuda a acercarse más a él, a reconocer su amor y a rejuvenecer la fe”.

Al rezar, no balbuceéis como los paganos, que piensan que serán escuchados por sus muchas palabras”.

“No, decid lo que hay: 'Mira, Señor, tengo este problema, en mi familia, con mi hijo, con esto, con aquello... ¿Qué puedes hacer? Mira, no puedes dejarme así'. Esto es rezar. ¿Y esta oración lleva mucho tiempo? Sí, lleva tiempo”.

“Rezad como Moisés, cara a cara con el Señor, como un amigo, libremente, con insistencia y buenos argumentos. Y también regañad un poco al Señor: 'Oye, me prometiste esto y no lo has hecho...' Así, como se habla con un amigo”.

“Abrid de par en par el corazón a Dios y conocerle mejor”, dijo. “La oración es una gracia, y el Espíritu Santo está presente; cambia y revigoriza el corazón para que la gente pueda emprender de nuevo el camino de la vida”.


Catholic Sun


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