jueves, 14 de diciembre de 2006

GUILLERMO MARCÓ YA NO SERÁ VOCERO DEL CARDENAL BERGOGLIO

Tres meses después de que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, pidiera públicamente a la Iglesia que “alguien tire de las orejas” al director de Prensa del arzobispado de Buenos Aires, padre Guillermo Marcó, el cardenal Jorge Bergoglio aceptó la renuncia del sacerdote.


“Es verdad, me voy pero estoy contento: seré más libre para ejercer el periodismo”, afirmó ayer Marcó y agregó que su alejamiento fue “una decisión tomada con Bergoglio de común acuerdo”.

En su reemplazo asumirá en enero el padre Gustavo Boquín, de 42 años, recientemente designado párroco de Nuestra Señora del Socorro, profesor universitario y de poca vinculación hasta el momento con la actividad periodística. La oficina de prensa del arzobispado, que funcionaba en la sede de la Pastoral Universitaria de la que Marcó es su responsable, se trasladará a la curia metropolitana, en Rivadavia 415.

Ayer, cuando Bergoglio y las máximas autoridades del Episcopado terminaban su última reunión anual, el portal Valores Religiosos, que es asesorado por Marcó, anticipó su alejamiento.

En realidad, Marcó había presentado en dos ocasiones su renuncia a la oficina de prensa que dirigió desde su creación, cuando Bergoglio asumió como arzobispo porteño en 1998.

La primera vez, explicó, fue en marzo último. En ese momento el sacerdote consideró que su perfil como “vocero del cardenal” -denominación que, según dijo, le dieron los medios y no constituye un nombramiento de la Iglesia- no se correspondía con el que asumió Bergoglio al ser elegido, en noviembre de 2005, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. “Muchos periodistas no entendían que yo no era vocero del Episcopado que tiene su propia estructura de prensa”, contó Marcó. Bergoglio no le aceptó en esa oportunidad la renuncia.

A comienzos de octubre pasado, al responder a una pregunta sobre si Kirchner sembraba el odio y la división, luego de que en una homilía el cardenal llamara a erradicar la discordia y la envidia del corazón de los hombres, Marcó dijo: “Si un presidente fomenta cierta división, termina siendo peligroso para todos. Hay que dejar de alentar odios y de levantar el dedo acusador”.


Tirón de orejas

Si bien un obispo muy cercano a Bergoglio hizo saber a la prensa que el sacerdote “había hablado en términos estrictamente personales y no corresponden ni al Arzobispado ni a la persona del arzobispo”, a los dos días Kirchner aludió a los dichos de Marcó y afirmó: “El diablo llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotana”.

Luego, Fernández pidió un tirón de orejas para Marcó y éste volvió a conversar con el cardenal. “Le dije que no quería generar problemas y que en el último tiempo venía más callando que hablando”, explicó Marcó y agregó: “Cuando uno presta un servicio a la Iglesia y ese servicio es un escollo, es mejor hacerse a un lado”.

Para entonces también se habían difundido declaraciones suyas a la revista Newsweek sobre el discurso de Benedicto XVI que fue considerado ofensivo por los musulmanes.

Ayer, Marcó dijo sentirse “contento” y “liberado”. Anunció que, además de su tarea en Pastoral Universitaria, seguirá con su programa de radio Cultura y América 24, y sus colaboraciones en medios gráficos. “Ahora lo que diga no podrá atribuirse a nadie más que a mí mismo”, dijo.




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