Los expertos recomiendan ingerir este alimento tres veces a la semana
La ingesta de pescado fue una de las causas que contribuyó a desarrollar la capacidad cerebral en los antepasados homínidos y, al contener un ácido de la serie omega-3, previene de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y el párkinson.
La directora del laboratorio de Neurobiología Celular de la Universidad de La Laguna (ULL), Raquel Marín, asegura que el desarrollo de la actividad y el volumen del cerebro creció de forma exponencial cuando el ser humano empezó a comer pescado. La explicación está en que el pescado, sobre todo el azul, y algunas algas contienen ácido docosahexaenoico (DHA), que ayuda a la función cerebral.
Este ácido graso esencial poliinsaturado de la serie omega-3 puede influir positivamente para evitar el deterioro que causa el alzheimer, de ahí que Marín, doctora en Biomedicina, recomiende ingerir pescado tres veces a la semana o, en su defecto, cápsulas que se comercializan con DHA.
Raquel Marín explica que el ácido docosahexaenoico se encuentra en cantidades superiores en las sardinas, salmón, arenque, atún y también en el aceite de hígado de bacalao y en algunas microalgas, que son la fuente de DHA de los peces.
Diagnóstico temprano
Por otra parte, un estudio internacional liderado por investigadores del Centro de Tecnología Biomédica (CTB), de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han conseguido demostrar que el patrón anómalo de conectividad funcional en los pacientes con deterioro cognitivo leve puede considerarse un indicio de las alteraciones en el funcionamiento de las neuronas debidas al inicio de la enfermedad de Alzheimer, lo que puede suponer un avance en el diagnóstico temprano.
Gran parte de las esperanzas para encontrar un biomarcador temprano del alzhéimer están depositadas en las técnicas de neuroimagen, ya que mediante ellas es posible estudiar los cambios que se producen en el cerebro de las personas que padecen la enfermedad.
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