El papa Francisco con los fieles, la semana pasada, en la Plaza de San Pedro. Su nombramiento de asesores fue visto como un paso hacia “una gobernanza más colegiada”.
Por Gaia Pianigiani y Rachel Donadio
En su primera decisión significativa desde que asumió como “pontífice” –y un paso radical hacia “una mayor democracia” en la Iglesia Católica Romana– Jorge Bergoglio nombró el sábado a un grupo de ocho “cardenales” de todo el mundo para asesorarlo en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la problemática jerarquía del Vaticano que se ha visto sacudida por escándalos.
Aunque el grupo no tendrá poder legislativo, los expertos del Vaticano dijeron que la medida era una fuerte señal de que Francisco estaba ansioso por realizar consultas amplias y “promover un mayor diálogo” entre la jerarquía del Vaticano y las iglesias de todo el mundo. Los ocho cardenales nombrados incluyen al “arzobispo” de Boston y “prelados” de Australia, Chile, la República Democrática del Congo, Alemania, Honduras, India e Italia.
“Es un cambio de época porque acerca al Vaticano a un gobierno más colegiado”, dijo Paolo Rodari, un experto en el Vaticano del diario italiano La Repubblica. Estaba usando un término que significaba un mayor reparto del poder entre Roma y las iglesias locales en el gobierno de la Iglesia Católica.
Ese concepto fue central para los cambios liberalizadores del concilio Vaticano II en la década de 1960, pero los críticos dijeron que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI consolidaron un mayor control con el Vaticano. El nuevo grupo asesor de Francisco invierte la tendencia.
“Durante años, los cardenales y otras personas dijeron que el concilio Vaticano II buscaba un gobierno más horizontal, que el papa debería escuchar a los obispos para resolver los escándalos”, dijo Rodari. “La primera gran decisión de este papa es realmente esa, convocar una junta de gobierno. Es una revolución”.
Bajo el gobierno de Ratzinger, el Vaticano enfrentó una crisis por el abuso sexual infantil por parte de “sacerdotes” y el escándalo “VatiLeaks”, en el que se filtraron documentos del propio departamento del papa a los medios de comunicación. Los críticos culparon a la mala gobernanza en la cúpula de la Iglesia Católica.
Benedicto, que está retirado en la residencia papal de verano en las afueras de Roma y se mudará a un convento en el Vaticano este verano, le entregó a Francisco un expediente sobre los problemas en el Vaticano elaborado por un comité de investigación de “cardenales”.
En un comunicado el sábado, el Vaticano dijo que Francisco había actuado según una sugerencia planteada durante las congregaciones generales de “cardenales” antes del cónclave en el que “fue elegido papa”. Dijo que había elegido a los ocho “cardenales” “para que lo asesoraran en el gobierno de la Iglesia universal” y para “estudiar un proyecto para revisar las leyes que rigen la Curia Romana, o jerarquía del Vaticano”.
Desde que asumió el cargo en marzo, Francisco, el primer jesuita y el primer latinoamericano en convertirse en “papa”, ya ha establecido un tono drásticamente diferente al de su predecesor. Si bien Benedicto era un teólogo tímido que prefería cenar solo, Francisco ha seguido viviendo en la residencia donde se hospedaron los “cardenales” que lo eligieron durante el cónclave, utilizando el Palacio Apostólico como oficina.
El Vaticano dijo que Bergoglio ya estaba en contacto con los ocho asesores, cuya primera reunión oficial será en octubre. El coordinador de los ocho es el “cardenal” Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, y director de Cáritas Internacional, la principal organización benéfica de la Iglesia Católica.
Los demás son el “cardenal” Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano; el “cardenal” Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia de Obispos Latinoamericanos; el “cardenal” Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai, India; el “cardenal” Reinhard Marx, arzobispo de Munich y Freising, Alemania; el “cardenal” Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa, República Democrática del Congo; el “cardenal” Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston; y el “cardenal” George Pell, arzobispo de Sydney, Australia.
El obispo Marcello Semeraro de Albano, Italia, será el secretario del grupo.
New York Times / Bishop-Accountability
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