Capítulos anteriores:
Primera Parte:
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Segunda Parte:
Capítulo I al XVII
Capítulo XVIII al XLIII
Tercera Parte:
Capítulo I al X
Capítulo XI al XX
Capítulo XXI al XXX
Capítulo XXXI al XL
Capítulo XLI Al XLIV
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CUARTA PARTE
DEL LIBRO INTITULADO
"VIDAS DE LOS HERMANOS"
CAPÍTULO XIX
DE LA TENTACIÓN DE LA PROPIEDAD
I. Hubo en Bolonia un Hermano converso que de las limosnas recogidas para la Comunidad, se guardó diez sueldos, con objeto de gastarlos si alguna vez los necesitaba. Cayó, cómo lo merecía, en una grave enfermedad, cosa que temía él mucho, y estando ya próximo a la muerte, Fr. Juan que le asistía le dijo:
- Alégrate, Hermano, que vas a Dios; no te olvides de mí cuando bien te fuere.
- No será así -contestó él- pues ahí está en la ventana de enfrente Satanás con las fauces abiertas, dispuesto a devorar la infeliz alma mía, porque hasta hoy he tenido algo propio.
Estupefacto Fr. Juan, se valió de muchas razones y ejemplos para hacerle confiar en la misericordia de Dios, y le rogó que, llamado el Prior, le entregase el dinero, y de todo lo mal hecho se doliera. Hízolo así, en efecto; y tan luego como le absolvió el Prior, huyó el diablo que el enfermo veía, y resuelto éste en lágrimas, con la esperanza del cielo infundida, descansó por fin en el Señor.
II. En San Sixto de Roma había un Hermano converso que en cierta enfermedad tuvo el espíritu de profecía; el cual como predijera de muchos muchas cosas, uno que en sus palabras no tenía fe, para burlarse de él le preguntó:
- ¿Y a mí qué me acontecerá?
- Miserable, miserable -respondió- restituye los denarios que has robado, pues vendiste heno de las monjas y guardaste el precio. Oye, pues, lo que te acontecerá: morirás este mismo año y sin el auxilio de ningún Hermano.
Así fue; pues estando en Tivoli guardando las cosas del monasterio, le salió en la garganta un tumor que en breve le sofocó, sin estar presente Hermano alguno.
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