martes, 5 de agosto de 2025

ES MUY FASTIDIOSO TENER QUE IR A CONFESARSE

¡Más fastidioso sería aún ir al infierno y abrasarse en él eternamente!

Por Monseñor de Segur (1868)


16. ES MUY FASTIDIOSO TENER QUE IR A CONFESARSE


Y en verdad que no vamos para divertirnos. Únicamente las mariposas y los atolondrados hacen no más que lo que les divierte.

El deber, cualquiera que sea, por lo regular no divierte, y la vida es un tejido de deberes. 

Si de vez en cuando nos ofrece algunos placeres, es, no hay que hacerse ilusiones, como un oasis en medio de un desierto. 

Dios hace con nosotros lo que las madres con sus niños; para que mejor coman el pan y la carne, ponen un poco de manteca o de dulce en aquel y de salsa en esta. El placer no es más que la confitura del deber; este es el pan sólido que alimenta. 

¿Eres un niño para no querer más que dulces sin pan? ¡Hermoso estado el de las almas muelles y ligeras que no quieren más régimen que este! Ellas no saben más que reírse, y el Señor ha dicho; ¡Desgraciados los que reís! 

Sirvamos a Dios porque es nuestro deber, y nuestro deber más importante. 

Recemos, confesémonos, porque estamos obligados a hacerlo, porque es útil y necesario que nos confesemos y que nos confesemos a menudo. 

Si esto nos agrada, tanto mejor; tanto peor si nos fastidia; no es esto de lo que se trata. Sepamos una vez sobreponernos a estas dificultades pueriles, y nunca, nunca más repitamos, al tratarse de un deber religioso, esta cobarde frase: “Es fastidioso”. ¡Más fastidioso sería aún ir al infierno y abrasarse en él eternamente!

 

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