¿Y podría estar “vestida” también:
– Con una falda por encima de la rodilla o por encima de las rodillas?
– Con una falda larga pero con abertura o ajustada?
– Con escote, o con los brazos, o incluso los hombros desnudos?
– En bañador, aunque sea clásico, incluso entre mujeres? Por cierto, un pequeño recordatorio: las piscinas mixtas están prohibidas por la moral cristiana (véase “Catéchisme des vérités opportunes” de Monseñor de Castro-Meyer) y una piscina, aunque no sea mixta, exigiría, a pesar de todo, un traje de baño que cubriera el cuerpo y las extremidades, y muy amplio, como los primeros trajes de baño de finales del siglo XIX. Pero incluso con eso, se ha acostumbrado a la gente a necesitar bañarse en verano. Sinceramente, ¿acaso vemos a la Sagrada Familia con su piscina? Si es demasiado difícil dejarlo de golpe, al menos habría que reducirlo para empezar. Dios, que no se deja vencer en generosidad, dará la fuerza para prescindir totalmente de ello. Muchos lo hemos vivido personalmente. ¡Y la modestia cristiana sale ganando!
– ¿En ropa de danza clásica (tutú, leotardos, camiseta con tirantes...) o en pantalones de montar... etc.? Que cada una compare generosamente su vestuario con lo que la Santísima Virgen se habría puesto o no, y saque lealmente las conclusiones. Que rece para que Dios le conceda la gracia de comprender y poner en práctica: las bendiciones divinas descenderán sobre su alma y su familia.
Porque Nuestra Señora vino vestida así:
Virgen de la calle del Bac, aparecida en 1830.
Nuestra Señora de La Salette en 1846...
Nuestra Señora de Lourdes y Santa Bernadette, en 1858: modestia, oración y penitencia.
Nuestra Señora de Fátima, en 1917. De antemano, se quejaba de que vendrían modas que ofenderían mucho a Nuestro Señor... Por extensión, se puede decir que también hay modas que ofenden moderadamente a Nuestro Señor, otras que lo ofenden un poco... ¿Qué debe hacer la verdadera cristiana?
Sí, siempre ha venido vestida de forma totalmente modesta, porque es la Virgen Purísima:
Humildad y modestia: La Reina del Cielo y de la Tierra es el modelo a seguir para las mujeres cristianas.
¿Vamos a imitarla?
Ella es el modelo a seguir e imitar para las mujeres católicas, el ejemplo perfecto de dignidad, modestia y humildad tan bien retratado por el padre Ventura en el siglo XIX. Sí, la Santísima Virgen es para las mujeres católicas “un espejo al que pueden acudir con provecho para saber qué puede realzar la belleza y la gracia de sus almas y hacerlas más dignas del amor de Dios y del respeto y la admiración de los hombres; para elevarse a sí mismas ante sus propios ojos, para aprender lo que son, lo que valen, lo que pueden hacer bajo la influencia del catolicismo, y convencerse de que su adorno más magnífico, espléndido y deslumbrante de encanto y riqueza consiste en esto: el manto de la gracia santificante, lavado en la sangre del Cordero, el cinturón de la castidad, las cintas de la mortificación, los zapatos de la Imitación de Jesucristo, el anillo de la fidelidad al deber, los brazaletes de la sumisión, el collar de la paciencia, el camafeo del amor a la cruz, el ramo del fervor, la diadema de la sabiduría, las rosas de la modestia, el colorete de la modestia, los perfumes de los buenos ejemplos, las joyas del mérito de las obras santas, la amplitud de la devoción, el santo orgullo de la fe, el aire confiado de la esperanza y el oro de la caridad” (RP J. Ventura de Raulica, consultor de la Sagrada Congregación de Ritos, en “La femme catholique”, 1856)
Estatua de Nuestra Señora de Guadalupe
¿Quién no querría seguir este magnífico programa? ¿No es todo esto lo que constituye la verdadera belleza de la mujer, la que ven Dios y sus ángeles, y no su vestimenta, su seguimiento de las modas o el cuidado excesivo que se tiene de sí misma?
A continuación, encontrarán algunas fotos que ilustran lo que representan las pantorrillas cubiertas, es decir, el dobladillo más cerca de los pies que de las rodillas, para ir en contra de: “un dobladillo que sube huele a emancipación” y de: “antes, no había que dejar ver la pantorrilla” (véase la parte n.º 4). Recordemos el texto de Roma según el cual una prenda que solo llega un poco por debajo de las rodillas no es decente, recordemos la exigencia de 20 cm por debajo de las rodillas del Padre Pío... ¡Recordemos la historia y las causas del acortamiento de las faldas! E imitemos lo mejor posible la modestia de la Virgen María.
Aquí te mostramos algunos modelos, solamente para que tengas una idea de las posibilidades infinitas con las cuales se puede lucir femenina, elegante y modesta. Una búsqueda en Google de “faldas largas” te hará descubrir diseños que probablemente no encuentres en las tiendas habituales.
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