FALLECIMIENTO DE LA VIDENTE DE AKITA

Sor Agnes Sasagawa fue quien informó sobre apariciones marianas en su convento en las afueras de Akita, Japón, tenía 93 años y falleció el 15 de agosto de 2024.


La Orden religiosa de la hermana Agnes, las Siervas de la Sagrada Eucaristía, difundió al día siguiente la noticia y dijo que su hermana más célebre murió alrededor de la 1:40 p. m. (hora de Japón). Escribieron:

La hermana Agnes Sasakawa Katsu, que estuvo bajo atención médica durante algún tiempo, falleció ayer a la edad de 93 años.

A petición suya, su cuerpo fue donado al Colegio Médico y la misa fúnebre se celebró en el Convento de la Sede, con la presencia exclusiva de los miembros. Queremos expresarles nuestro más profundo agradecimiento por la generosidad que le demostraron durante su vida.

La hermana Agnes fue –y es– famosa entre los católicos como la Vidente de Nuestra Señora de Akita, uno de los títulos de la Santísima Virgen María, habiendo informado que recibió mensajes de Nuestra Señora el 6 de julio, el 3 de agosto y el 13 de octubre de 1973. En 2019, hubo informes de que la hermana Agnes había recibido otro mensaje del cielo.

En 1973, la hermana Agnes contó que en el primer mensaje (6 de julio) la Virgen le había prometido que la sordera que padecía sería curada, lo que efectivamente ocurrió algún tiempo después.

En el segundo (3 de agosto), supuestamente se le dijo a la hermana Agnes que “el Padre Celestial estaba preparándose para infligir un gran castigo a toda la humanidad”, que podría ser aliviado con “oración, penitencia y sacrificios valientes”.

El tercer mensaje (13 de octubre) se explayó sobre el castigo venidero en un lenguaje que transmitió a muchos la amenaza de un holocausto nuclear: “Caerá fuego del cielo y aniquilará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin perdonar ni a los sacerdotes ni a los fieles. Los sobrevivientes se sentirán tan desolados que envidiarán a los muertos”.

La hermana Agnes también informó que la Virgen le dijo que “la obra del diablo se infiltrará incluso en la Iglesia de tal manera que se verá a cardenales oponiéndose a cardenales, obispos contra obispos”.

“Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y combatidos por sus hermanos… las iglesias y los altares serán saqueados; la Iglesia estará llena de quienes aceptan compromisos, y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas para que abandonen el servicio del Señor”, continúa el segundo mensaje.

La Hermana Agnes informó que estas calamidades podrían evitarse mediante el rezo del Santo Rosario, y sólo aquellos que pusieran su confianza en Nuestra Señora de Akita se salvarían de ellas.

El cuarto mensaje, que la hermana Agnes habría recibido el 6 de octubre de 2019, vino de un ángel que le dijo “que se cubriera de cenizas y rezara un rosario penitencial todos los días”.

Según se informa, los tres primeros mensajes fueron dirigidos a la hermana Agnes en Seitai Hoshikai, el convento de las Siervas de la Sagrada Eucaristía, en una zona semirrural a las afueras de Akita. El origen de la voz era una estatua de tres pies de altura de Nuestra Señora de Akita, tallada por un escultor local en 1963 a partir de un trozo de árbol katsura. Según las hermanas, se formó una herida en una de las manos de la estatua el mismo día que la hermana Agnes escuchó el primer mensaje. Se dice que la estatua sangró de esta herida en otras cuatro ocasiones antes de desaparecer. A partir de entonces, la estatua pareció sudar y luego, dos años después, llorar. La estatua derramó lágrimas 101 veces entre 1975 y 1982, y este fenómeno fue visto por miles de testigos y mostrado en la televisión japonesa.

Según los informes, la hermana Agnes era una novicia de 42 años que había estado en el convento solo dos meses antes de escuchar la primera locución, y había perdido la audición solo unos meses antes de ingresar en mayo de 1973. EWTN ha informado que sus experiencias milagrosas comenzaron el 12 de junio de ese año, cuando vio una luz que emanaba del sagrario de la capilla, un fenómeno que ocurrió los dos días siguientes. El 28 de junio, apareció una herida en forma de cruz en su mano izquierda; le dolía y sangraba.