Los obispos europeos emitieron una declaración condenando la inclusión del “derecho al aborto” en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, argumentando que la enmienda propuesta violaría la ley de la Unión Europea y la dignidad humana.
La inclusión del “derecho al aborto” en la Carta de Derechos de la UE lleva largo tiempo siendo debatida. Los activistas a favor del aborto han estado presionando durante años por la modificación de la ley de la Unión, con iniciativas como el Pacto Simone Veil, que aboga por imponer dicho “derecho” en todo el continente. Algo así, sin ir más lejos, supondría el golpe de gracia a la ley polaca que restringe considerablemente el aborto.
En su declaración del martes, la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) argumentó que la medida constituiría un atentado contra los derechos humanos.
Afirmando que “la dignidad humana es un valor supremo en los Tratados y la Carta de la UE“, los obispos escribieron que “el respeto por la dignidad de cada ser humano en todas las etapas de su vida, especialmente en situaciones de completa vulnerabilidad, es un principio fundamental en una sociedad democrática”.
Además, argumentaron que “no existe un derecho reconocido al aborto en la ley europea o internacional”. Además, la falta de autoridad de la Unión Europea prohíbe al órgano de gobierno de la misma promulgar tal medida.
“En el ámbito de la UE no hay competencias para regular el aborto”, escribieron los obispos, “y se debe entender que el establecimiento de los derechos fundamentales no está entre las competencias de la Unión”.
Los obispos añadieron que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos “nunca ha declarado el aborto como un derecho humano protegido por la Convención Europea de Derechos Humanos” sino que, al contrario, “ha declarado el derecho a la vida como un derecho humano fundamental y ha confirmado en su jurisprudencia que es un objetivo legítimo para los Estados firmantes de la convención proteger la vida por nacer”.
El aborto está regulado ampliamente en los estados miembros de la Unión Europea. A diferencia del marco legal altamente permisivo que prevaleció en Estados Unidos bajo Roe v. Wade, muchos países europeos restringen el aborto después de las 12 a 14 semanas de embarazo; algunos países también imponen períodos de espera y otras regulaciones.
En enero del año pasado, el presidente francés Emmanuel Macron instó a la Unión Europea a consagrar el aborto en su Carta de Derechos Fundamentales, lo que, según él, “daría nueva vida a nuestro conjunto de derechos”. En una declaración en ese momento, COMECE expresó “profunda preocupación y oposición” a la idea.
“El cuidado de las mujeres que se encuentran en una situación difícil o conflictiva debido a su embarazo es una parte central del ministerio diaconal de la Iglesia”, escribieron los obispos, “y también debe ser un deber ejercido por nuestras sociedades”.
InfoCatólica
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