Hemos hablado aquí de la última actuación del pasado 7 de octubre, a raíz de los anteriores “encuentros ecuménicos” pero una muestra de la degradación aún más nefasta es la presencia de una “mujer-sacerdote” y la tendencia ahora abiertamente globalista. Además de lo ya observado, sería necesario releer Mortalium animos.
Cito:
“Estas personas organizan con frecuencia convenciones y reuniones en las que hay un gran número de oyentes presentes y en las que todos, sin distinción, están invitados a participar en la discusión, tanto infieles de todo tipo, como cristianos, incluso aquellos que desgraciadamente se han alejado de Cristo o que con obstinación y pertinencia niegan su naturaleza y misión divinas. Ciertamente, tales intentos pueden ser aprobados por católicos, fundados como están en esa falsa opinión que considera que todas las religiones son más o menos buenas y loables, ya que todas ellas de diferentes maneras manifiestan y significan ese sentido que es innato en todos nosotros, y por el cual somos conducidos a Dios y al reconocimiento obediente de Su gobierno. No solo los que sostienen esta opinión por error y engañan, sino que, al distorsionar la idea de la verdadera religión, la rechazan, y poco a poco se desvían al naturalismo y al ateísmo, como se le llama; de lo que se desprende claramente que quien apoya a quienes sostienen estas teorías e intenta realizarlas, abandonan por completo la religión divinamente revelada.
[...] está claro que la Sede apostólica no puede, en ningún caso, participar en sus asambleas, ni tampoco es legal para los católicos apoyar o trabajar para tales empresas; porque si lo hacen, darán cara a un falso cristianismo, bastante ajeno a la única Iglesia de Cristo. ¿Deberíamos sufrir, lo que de hecho sería injusto, y la verdad divinamente revelada, ser objeto de compromiso? Porque aquí la cuestión es defender la verdad revelada.
[…]Estos pan-cristianos que pretenden unir a las iglesias parecen, de hecho, perseguir las ideas más nobles para promover la caridad entre todos los cristianos: sin embargo, ¿cómo sucede que esta caridad tiende a dañar la fe?
(Pío XI, Mortalium animos)
Y un gran Obispo en referencia a la primera profanación ocurrida en Asís dijo:
“¿Qué pueden pensar de esto los santos del Antiguo y Nuevo Testamento? ¿Qué haría la Santa Inquisición si todavía existiera?
Es del primer artículo del Credo y del primer mandamiento del Decálogo de lo que se está burlando públicamente el que está sentado en la Cátedra de Pedro.
El escándalo es incalculable en el alma de los católicos. La Iglesia se estremece en sus cimientos. Si la fe en la Iglesia Católica, única arca de salvación, desaparece, es la Iglesia misma la que desaparecerá. Toda su fuerza, toda su actividad sobrenatural se basa en este artículo de nuestra fe”.
(Marcel Lefebvre, arzobispo)
Chiesa ePostconcilio
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