Participar con regularidad de la Eucaristía y adherir con fe a la Adoración Eucarística es un factor altamente protector para quienes padecen depresión o presentan riesgos de suicidio.
Una decena de estudios publicados en prestigiosas revistas de ciencia confirman que quienes con frecuencia participan en actividades religiosas y que además rezan a diario, son menos propensos a padecer depresión, trastorno de ansiedad, crisis de pánico y fobia, entre otros.
En particular, un estudio liderado por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad Harvard y publicado el 29 de junio de 2016 en la revista de ciencias JAMA Psychiatry, revela que participar con regularidad de la Eucaristía y adherir con fe a la Adoración Eucarística es un factor altamente protector para quienes padecen depresión o presentan riesgos de suicidio.
Así lo testimonia también al portal OSV Cathy Asinari, una mujer católica de 52 años, residente en Pennsylvania (USA), quien acude “seis horas por semana” a su parroquia, para Adorar a Cristo Eucaristía. “Descubrí que cuando estoy en un estado muy grave por la depresión, puedo ir (para adorar) y sentarme allí, Él me recibe. Él se acerca más y más cada vez que vas”, dice Cathy, quien ha sufrido depresión toda su vida.
Hace dos años, en viernes santo, ella intentó suicidarse. Aunque "cada día era una lucha" a causa de su depresión, cuenta que nunca faltó a un día de trabajo. Pero después de retirarse del trabajo, sintió que su vida ya no tenía sentido. "Llegas a un punto en el que piensas: 'Bueno, ¿qué vale mi vida?' Y entonces, ya no hay esa lucha de levantarse por la mañana", recuerda.
A pesar de estar bajo control médico, con una adecuada medicación y asistiendo a terapia, Cathy no había logrado sentirse en paz, con esperanza. Pero este bienestar comenzó a vivirlo, cuenta, al participar de la Adoración Eucarística. “Todavía hay momentos y días en los que es muy difícil. Esos son los días en que voy a la capilla, y aprendo que mi valor no está en lo que hago”.
Durante el tiempo de Adoración, Cathy también reza por otras personas que sufren depresión y enfermedades mentales. Lo hace en silencio y a veces -si está sola en la capilla- canta al Santísimo Sacramento, especialmente cuando acude a las 2 de la mañana.
“Me gusta ir cuando no hay nadie más. Recibo las fuerzas para tener esperanza”, dice Cathy y recomienda que cuando alguien se sienta triste o muy afectado por la depresión, rece -como ella hace- los Misterios Dolorosos o medite sobre la Pasión de Jesús.
“Es casi como si estuvieras unida a Él mientras estás ahí rezando. Él me entiende y yo puedo pasar todo el tiempo con Él. Es el mejor lugar para estar”, finaliza.
Portaluz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Usted puede opinar pero siempre haciéndolo con respeto, de lo contrario el comentario será eliminado.