martes, 10 de septiembre de 2024

LA PROPAGANDA PROTESTANTE (14)

En qué se demuestra que la propaganda protestante no es ni legítima ni lógica

Por Monseñor De Segur (1862)


Cuando la Iglesia Católica, por medio de sus Obispos y sacerdotes, califica a la propaganda protestante como una agresión injusta y odiosa, se ve a los diarios heréticos, a los cuales se asocian para esto, los órganos del racionalismo y de la revolución, quejándose amargamente y acusando a la Iglesia de tener dos pesos y dos medidas, pues prohíbe a los otros lo que ella no ha cesado de hacer desde su origen.

Estas recriminaciones merecen una respuesta. La tendrán aquí, pues es sencillo y fácil dársela. Todas las sectas protestantes reconocen que los hombres pueden salvarse, en la Iglesia Católica. La Iglesia Católica, al contrario, ha sostenido siempre que ella sola profesa la Verdadera Religión; y que fuera de esta Religión, nadie puede ser verdadero hijo de Dios.

De consiguiente los protestantes están en contradicción con sus principios, cuando tratan de arrebatar almas a la Iglesia; y la Iglesia Católica, incurriría en contradicción con los suyos, si no hiciera cuanto esté en su poder, si dejara de ejercer todo su celo, para atraer a la verdad, que es única como Dios, a los que por el error funesto de la herejía, están separados de ella. Cuando la Iglesia Católica se afana por instruir a un protestante y atraerlo a su gremio, ella le deja todas las verdades que poseía aquel individuo, si poseía algunas, y le da el conocimiento de las que le faltaban, como hemos visto en otro lugar. De manera que el protestante es un hombre espiritualmente medio desnudo, a quien la Iglesia Católica acaba de vestir. Añadiendo a lo poco que tuviera lo que ella le da, se forma un cristiano completo.

Lo contrario sucede, cuando la propaganda protestante trabaja por seducir a un católico. Ella no hace más que arrebatarle una parte de lo que aquel infeliz creía, sin darle nada en compensación; y le deja medio desnudo, como el ladrón deja al desgraciado pasajero a quien roba su túnica y su capa, bajo el pretexto de desembarazarle de cosas incómodas, sin arrojarle ni siquiera un harapo, para defenderse del frío.

Es punto confesado por los protestantes, que ellos no tienen, en cuanto a verdades religiosas, nada que dar a los católicos, pues estos las poseen ya todas; y aún va más allá la palinodia de los protestantes, pues reconocen que lo que ellos tienen de cristianismo, lo han recibido o lo toman prestado de la Iglesia Católica. Oigamos a Lutero, ese fogoso patriarca de la pretendida reforma, dar su opinión sobre este particular. En el coloquio de Marbourg, que, fue una disputa célebre, tenida entre aquel heresiarca y el otro heresiarca Zwinglio, para tratar del dogma de la Eucaristía, Zwinglio le objetaba que la presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo bajo las especies consagradas, era un dogma. del papismo. “Pues si es por eso -le respondía Lutero- rechazad, también la Biblia porque del Papa es de quien la hemos recibido . Protestantes, como somos estamos obligados a confesar que en el Papismo están las verdades de la salvación, si, TODAS LAS VERDADES de la salvación y que de él las tomamos nosotros; porque en el Papismo encontramos la verdadera escritura santa, el verdadero bautismo, el verdadero sacramento del altar, las verdaderas llaves que perdonan los pecados, la verdadera predicación, el verdadero catecismo y los verdaderos artículos de la fe. Mas digo que en el Papismo se encuentra EL VERDADERO CRISTIANISMO”.

De esta paladina confesión de Lutero, el cual terminantemente reconoce que la Iglesia Católica posee el verdadero cristianismo , necesariamente se deduce la conclusión lógica de que las sectas protestantes no son cristianas, pues la Iglesia afirma, lo que las sectas niegan. Pero de esta misma palinodia del jefe del protestantismo se desprende otra consecuencia, a saber, que la propaganda es para la Iglesia Católica un deber, mientras que la propaganda protestante es a la vez un contrasentido y una injusticia.

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