domingo, 14 de julio de 2024

NINGÚN CATÓLICO ESTÁ EXENTO DE ESTE SERVICIO MILITAR

Escribiendo hace más de un siglo, el padre Charles B. Garside reaccionaba ante el modernismo que ya se estaba infiltrando en “lo más alto” de la sociedad y de la Santa Iglesia.


En su comentario sobre la vida de San Elías, desafía a los católicos de todos los tiempos a adoptar la postura correcta de resistencia activa frente al error: La guerra debe librarse en todos los frentes hasta alcanzar la victoria.


A continuación, su escrito:

“El mundo y el diablo nunca tuvieron tanto éxito como ahora en disfrazar pretenciosamente el error bajo el ropaje de la verdad. Los vicios son consagrados como virtudes en el atractivo templo de la falsedad. Se idealiza la inmoralidad. En los círculos de rango e intelecto se procesan abiertamente puntos de vista degradados sobre Dios y su creación, sobre el alma y el cuerpo.

La falsa doctrina no sólo se tolera en las “altas esferas” de la vida social, sino que se denomina, como en una sátira, “sana enseñanza”. El escepticismo presuntuoso es canonizado por aclamación popular, no sólo como un derecho sino como un deber, y como la perfección misma de la libertad mental y moral.

Estos son algunos de los elementos hostiles con los que nuestra vida actual está peligrosamente cargada.

¿Cómo se puede hacer frente con éxito a este conjunto de enemigos sin un valor claro y perseverante, y cómo se puede obtener este valor? Todo católico está obligado, según sus posibilidades y oportunidades, a hacer frente, denunciar y resistir a los enemigos de Dios. La guerra ha de hacerse con la palabra, con la escritura, con protestas, con la autoridad, con la oposición activa y pasiva, con sufrimientos y con otros varios modos que no es necesario mencionar en detalle.

Ninguna clase está exenta del servicio militar en este gran conflicto que no cesa. Todos son llamados a filas, cualesquiera que sean su temperamento individual o sus tentaciones.

La contienda es tan inevitable como difícil, pero con la gracia de Dios triunfaremos si somos fuertes en la fe. Esta es la victoria que vence al mundo: vuestra fe.

Nuestros adversarios pueden superarnos en posición, talento y logros. Pueden estar vestidos con ellos de pies a cabeza, y nosotros podemos, como Elías, estar solos y desarmados, pero seremos los verdaderos “hombres de Dios”. Entregaremos nuestro mensaje sin temblar; y aunque nuestro Achab personal - quienquiera que sea - se niegue a creer en nuestras palabras, sin embargo, habremos dado testimonio del verdadero Dios”.


Tradition in Action



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