12 de Mayo: Santo Domingo de la Calzada
(✞ 1070)
Santo Domingo de la Calzada fue italiano de nación, y habiendo dado su patrimonio a los pobres para ser menos conocido, se fue a España, donde pretendió hacerse Religioso de San Benito en el monasterio de San Millán.
Entonces se juntó con San Gregorio, Obispo de Ostia, que había ido a navarra por legado del Papa a mitigar el azote de Dios, que hacía gran estrago en todo aquel reino, pues la langosta y el pulgón comían y destruían los frutos de la tierra; y con las oraciones, limosnas y penitencias que mandó hacer San Gregorio se enmendaron muchos de su mala vida, y cesando los pecados, cesó también el castigo de Dios.
Muerto San Gregorio, se determinó Santo Domingo de hacer asiento en el mismo lugar que tiene ahora su nombre; allí edificó una pequeña celda y una capilla que dedicó a Nuestra Señora, luego desmontó la espesa selva donde se guarecían muchos ladrones y salteadores que robaban a los peregrinos que iban en romería a Santiago de Galicia.
Hizo además una calzada de piedra, que por ser obra tan insigne, tomó el santo de ella el nombre; y para hospedar a los peregrinos, les edificó un hospital, donde le visitó Santo Domingo de Silos, y los santos se saludaron con mucha ternura y caridad, y el de Silos alabó mucho las buenas obras que hacía el de la Calzada.
Siete años antes de morir hizo labrar su sepulcro en una peña, y para que este lugar no estuviese ocioso, allí sembraba trigo para repartirlo a los pobres.
Un día vino a visitarle una devota mujer que le preguntó la causa de haber cavado su sepultura tan lejos de la iglesia.
A lo que respondió el santo:
- No tengáis cuidado de eso, señora; la divina Providencia cuidará de que mi cuerpo repose en lugar sagrado, porque os hago saber que, o la iglesia seguirá mis pasos a este recinto o mi cadáver gozará de sus favores.
El suceso mostró que había hablado con espíritu profético, pues con el decurso del tiempo vino el sepulcro del santo a estar dentro de la iglesia.
Finalmente, habiendo pasado su larga vida con gran aspereza y penitencia, murió en el Señor, el cual ilustró a su siervo con tantos milagros, que en aquel mismo sitio se le hizo un hermoso templo, y después una ciudad que tomó su nombre y se llama Santo Domingo de la Calzada.
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