Por Monseñor Richard Williamson
El otoño pasado recibí la siguiente carta, sólo ligeramente abreviada a continuación, de un antiguo colega, todavía sacerdote de la SSPX (quizás porque puede ser más una amenaza para ellos desde fuera que desde dentro de la “Nueva Sociedad”, mientras siga respetando su autoridad). Que Dios esté con Mons. Huonder, que murió antes de que se publicaran las líneas que siguen. Se puede pensar que era menos astuto que los villanos que lo instrumentalizaron:
La Sociedad Sacerdotal de San Pío X, de lo que fue durante 21 años bajo el arzobispo Lefebve (1970-1991) se ha vuelto muy liberal, y desde la cúpula hacia abajo ha abandonado de hecho desde 2012 el rumbo que él marcó. Llamarla hoy “Nueva Sociedad” es adecuar el nombre a la realidad. Ay. Y creo que todos los problemas de esta “Nueva Sociedad” han llegado por un momento a un punto crítico con el obispo Huonder.
1. Fue ordenado sacerdote y obispo con los nuevos ritos de Ordenación y Consagración respectivamente. Este hecho ya no se considera un problema en la “Nueva Sociedad”. Un llamamiento para que se dejara reordenar y reconsagrar condicionalmente no tuvo, por desgracia, ningún efecto. La “Nueva Sociedad” ha abandonado el principio clásico de la Iglesia del “tutiorismo”, es decir, tomar el camino ciertamente válido, siempre que haya la menor duda seria sobre la validez de los sacramentos que se reciben, como ocurre con las Consagraciones de los obispos de la “nueva iglesia”, si no también con las Ordenaciones de los sacerdotes.
2. El obispo Huonder criticaba -a medias- al “papa” Francisco, al Vaticano II y a la “nueva misa”. Y esto es suficiente para que una gran parte de nuestros laicos de la “Nueva Sociedad” le llamen “Nuestro hombre, nuestro obispo”. Pero en realidad, él nunca condenó claramente ni el Vaticano II (la Revolución en la Iglesia Católica) ni la “nueva misa” (la misa de Lutero). El obispo Huonder dijo a una persona que celebraba la “nueva misa” con dignidad, que la consideraba “una forma de misa totalmente digna”. Esto muestra claramente cómo pretendía reconciliar la antigua Misa con la “nueva iglesia”, totalmente en el espíritu del “papa” Benedicto XVI, pero en absoluto contraste con el difunto arzobispo Lefebvre.
3. En sus conferencias, el obispo Huonder admitió abiertamente que todavía tenía la tarea de someter a la “Nueva Sociedad” a Roma. Por lo tanto, era un agente infiltrado del “papa” Francisco. Al igual que Francisco, al legitimar las confesiones de la “Nueva Sociedad”, luego los matrimonios, y luego las ordenaciones, utilizó tácticas de salami durante tres años sucesivos (2015-2017) para atraer a la “Nueva Sociedad” a la “nueva iglesia” de Moloch, el obispo Huonder se estaba imponiendo exactamente la misma tarea. Y así como los Superiores de la “Nueva Sociedad” en la legitimación oficial de sus Confesiones y Ordenaciones y Matrimonios gritaron hacia Roma: “¡Oh, Santo Padre, te damos las gracias!”, así también nuestros Superiores se inspiran ahora en el Obispo Huonder, y se regocijan de que un obispo de la “nueva iglesia” haya encontrado su camino en la “Nueva Sociedad”, y viviendo en una de nuestras casas se haya unido abiertamente a la “Nueva Sociedad”, como un submarino. Qué ciegos se han vuelto nuestros Superiores.
4. El obispo Huonder escribió su tesis doctoral sobre un problema judío de la Edad Media. El obispo Huonder introdujo en la Iglesia suiza una “Jornada para los judíos”. Ni un solo miembro de la “Nueva Sociedad” parece haberse preguntado si la relación del obispo con los judíos corresponde a la visión tradicional de la Iglesia Católica respecto a ellos.
5. Un colega me escribió que si el nuevo rito de Consagración de los obispos es inválido, tendría consecuencias nefastas. Desde principios de los años '70 ya no habría sacerdotes ni obispos válidos. Eso significaría que todas las Congregaciones de Rito Tradicional oficialmente reconocidas dentro de la “nueva iglesia”, como San Pedro o Cristo Rey, tampoco tendrían sacerdotes válidos. Eso significaría que sólo en la “Nueva Sociedad” seguiría existiendo la Iglesia de Cristo. Ni el “papa” Benedicto XVI ni el arzobispo Vigano habrían sido obispos válidos. Estas conclusiones, que tienen lógica, deben ser tenidas en cuenta.
El Superior General de la “Nueva Sociedad”, padre Pagliarani, planteó esta cuestión en su Conferencia en Econe el 8 de septiembre del año pasado, pero si la “Nueva Sociedad” quiere absolutamente ser amada y reconocida por la Roma masónica y modernista, entonces tal cuestión simplemente no puede ser planteada. Por eso adoptó una posición clara: las Consagraciones de nuevo rito son válidas. ¿Podría ser cierta una conclusión tan inmensamente grave?
Constantemente oímos que Bergoglio pretende reformar la “nueva misa”, que en la reforma de la reforma ya no se dirán palabras de Consagración sobre el pan o el vino, lo que significaría la completa extinción de la Misa. Además, en mi opinión algo así como dos de cada tres “nuevas misas” ya son inválidas, porque los sacerdotes ya no creen en la Presencia Real de Cristo. Pero si la extinción total de la Misa es una posibilidad eventual, ¿por qué no también la extinción total de que los obispos sean realmente Consagrados?
Kyrie eleison
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