Por Simón Caldwell
El santo padre dejó de lado un discurso escrito, describiéndolo como “aburrido”, y pronunció un discurso improvisado a los seminaristas de Barcelona, España, en el que usó un lenguaje obsceno.
En su discurso ordenó a los estudiantes para el sacerdocio “no ser clericales, perdonar todo”, y añadió que “si vemos que no hay intención de arrepentimiento, debemos perdonar todo”.
“Nunca podemos negar la absolución, porque nos convertimos en vehículo de un juicio malvado, injusto y moralista”, dijo Francisco a los seminaristas, que estaban acompañados por el obispo auxiliar Javier Vilanova Pellisa de Barcelona.
Los sacerdotes que niegan la absolución a los penitentes “son delincuentes”, dijo el pontífice, según el sitio web Church Militant.
Los comentarios del papa lo ponen en contradicción con la teología moral expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica que enfatiza que la contrición ocupa el “primer lugar” de cualquier acto de un penitente y que implica “la resolución de no pecar de nuevo”.
El canon 987 del Código de Derecho Canónico dice también que para que los fieles reciban “el remedio salvífico del sacramento de la penitencia, deben estar dispuestos de tal manera que, repudiando los pecados que han cometido y teniendo el fin de enmendar su vida, vuelvan a Dios”.
Según los informes, Francisco también usó su discurso para despotricar contra “los jodidos arribistas que joden la vida de los demás”.
Bergoglio también criticó a “los que suben para mostrar el culo”, informó el medio italiano Daily Compass.
Francisco discrepó nuevamente con las reglas sobre el propósito de un penitente como un criterio necesario para la absolución.
Dijo que los sacerdotes deberían “pedir el permiso del obispo” antes de atreverse a negar la absolución a las personas que confiesan pecados mortales.
“¡Esto sucede, por favor!” -dijo- “nuestro pueblo no puede estar en manos de delincuentes. Y un sacerdote que se comporta así es un criminal, en una palabra. Te guste o no”.
En la misma reunión, Bergoglio insistió en que los sacerdotes y los seminaristas deben “practicar la cercanía con los laicos”.
Francisco dijo: “Esto debe ser contagioso, es decir, el sacerdote, el seminarista, el sacerdote debe estar 'cerca'. ¿Cerca de quién? ¿De las chicas de la parroquia? Y algunos de ellos son cercanos y luego se casan, eso está bien”.
En su exitoso libro “El Papa dictador: la historia interna del papado de Francisco”, el autor Henry Sire (Marcantonio Colonna) registra varios casos en los que el pontífice usa improperios, diciendo que era “pródigo con malas palabras”.
Según Sire, el padre Peter Hans Kolvenbach, ex superior general de los jesuitas, escribió un informe condenatorio sobre el padre Jorge Mario Bergoglio en 1991, acusando al futuro “papa” de “una serie de defectos, que van desde el uso habitual del lenguaje vulgar hasta la astucia”.
Catholic Herald
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