Nota del Editor: Publicamos un artículo del año 2016 en el cual se muestran las estimaciones reales del declive de la Iglesia Católica tras el nefasto conciliábulo Vaticano II.
Esta es una buena oportunidad para observar las cifras desde la clausura del Concilio en 1965. También es muy interesante compararlas con las del Venerable Papa Pío XII, que presentamos a continuación.
Las siguientes estadísticas vía CARA:
Como los números no mienten, los tres gráficos anteriores muestran la innegable muerte lenta de la Iglesia. También muestra que el llamado “efecto Francisco” no ha tenido ningún buen efecto en la asistencia a Misa dominical, todo lo contrario.
Ahora, echemos un vistazo a lo que era la Iglesia.
A continuación se muestran los números de Pío XII, el Pontífice que precedió al Concilio. Y esos números son tan sorprendentes en el buen sentido como devastadoramente malas las cifras posteriores al Concilio:
Editorial
“El hombre que está en mi mano como el bastón en la mano del viajero, ese hombre me es agradable, dice Dios” - Charles Péguy
El Papa Pío XII fue el báculo en manos de la Iglesia Católica, guiándola a través de dos turbulentas décadas en los asuntos mundiales. Su reinado como 261º sucesor de San Pedro comenzó en guerra y terminó en un momento de grave malestar entre los hombres. Resulta casi irónico que la muerte de este Papa de la Paz haya desbancado a los cañones de Quemoy y Matsu de los titulares de los periódicos y vuelto los ojos de los hombres hacia la Ciudad Eterna durante el tiempo de sus exequias y la elección de su sucesor, el Papa Juan XXIII.
En este momento sería bueno detenerse a reflexionar sobre el crecimiento y desarrollo de la Iglesia Católica en los Estados Unidos durante el reinado de Pío XII, para ver cómo ha prosperado en nuestro suelo la Iglesia que él guió. Un resumen de los avances logrados bajo el pontificado del “Pastor Angelicus” es asombroso:
Es mucho lo que se puede concluir de estas estadísticas en el ámbito del crecimiento físico de la Iglesia. Sin embargo, el desarrollo espiritual propiciado por este Papa es incalculable. A través de cambios en el Ayuno Eucarístico, en la Liturgia, en la definición del Dogma, en Encíclicas, Cartas, Discursos y con el ejemplo, su guía espiritual ha llegado a millones de personas. Ahora que su reinado ha terminado, nosotros podemos repetir las palabras de Péguy: “El hombre que está en mi mano como el bastón en la mano del viajero, ese hombre me es agradable, dice Dios”.
THOMAS B. KENEDY
Editor
CHARLES CUNNINGHAM
Director General
Mayo, 1959
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