El régimen nicaragüense reprime cada vez más al clero católico: El jueves por la noche fue detenido el sacerdote nicaragüense Álvaro Toledo, de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Ocotal, departamento de Nueva Segovia.
El servicio de noticias Radio Stereo Fe de la Diócesis de Estelí, a la que pertenece Toledo, informó en Facebook: "Nos duele tener que dar esta triste noticia a nuestros fieles hermanos católicos y a otros hermanos bien intencionados: Alrededor de las 22:30 horas de esta noche, la policía ha entrado en la rectoría y ha detenido a nuestro párroco, Álvaro Toledo. Nos unimos en la oración y seguimos rezando por nuestros sacerdotes".
Antes de su detención, Álvaro Toledo había anunciado la liberación de otro sacerdote, Leonardo Guevara, durante la misa. Sin embargo, también lamentó la detención de otros tres sacerdotes durante el fin de semana: "Ruego al Señor por las parroquias que están sin sacerdotes (...). Dos de nuestros cohermanos, Iván Centeno y Julio Norori, ya no están en el ministerio. Pedimos al Señor que les dé su bendición".
También se quejó: "Nuestra diócesis tiene escasez de sacerdotes. Sencillamente, no tenemos suficientes. Por eso, pedimos al Buen Pastor que dé a nuestra diócesis muchas vocaciones y que dé a los sacerdotes la fuerza para servir en sus parroquias". Porque "sin sacerdotes, un pueblo está espiritualmente muerto".
Según la cuarta edición del informe "Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?", presentado a finales de semana por la abogada y activista de derechos humanos nicaragüense Martha Patricia Molina, al menos 19 clérigos nicaragüenses, entre ellos los obispos Rolando Álvarez y Silvio Báez, fueron declarados "traidores" y despojados de su ciudadanía nicaragüense. Además de los dos obispos, esto afecta también a 14 sacerdotes, un diácono y dos seminaristas. La privación de la ciudadanía es solo una parte de los 667 ataques a la Iglesia que Molina documentó durante un período de poco más de cinco años durante el régimen de Ortega.
Molina confirmó que "151 religiosos han sufrido daños como consecuencia de la persecución del gobierno Ortega-Murillo", entre ellos religiosas que se han visto obligadas a exiliarse, se les ha negado la entrada en Nicaragua o han sido expulsadas del país. Además del obispo Rolando Álvarez, al menos ocho sacerdotes se encuentran actualmente en prisión.
Además, el régimen ha cerrado cuatro universidades católicas, dos escuelas, 15 medios de comunicación, siete congregaciones religiosas y once proyectos y obras sociales de la Iglesia. Además, se han prohibido 3.240 procesiones, la mayoría de ellas durante la Semana Santa.
La activista de derechos humanos Molina se encuentra en el exilio forzoso. Sin embargo, sigue siendo miembro del consejo editorial del diario nicaragüense La Prensa.
El diario nicaragüense La Prensa publicó en X (antes Twitter): "Con la detención del padre Álvaro Toledo, la noche del jueves, suman 12 los sacerdotes encarcelados por la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua".
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