Por Michael Haynes
En su libro recientemente publicado, el “padre” James Martin, SJ, ha argumentado que el mandato de Cristo a Lázaro de “salir de la tumba” es una “invitación” para las personas que se identifican como lgbtq a “salir a la luz del sol del amor de Dios”.
Publicado por HarperCollins el 5 de septiembre, “Come Forth: The Promise of Jesus's Greater Miracle” (Adelante: La promesa del mayor milagro de Jesús) es el último libro del jesuita James Martin, activista pro-lgbt. En un extracto publicado en el sitio web de su grupo agitador lgbt Outreach, Martin presentó su interpretación del pasaje del Evangelio que narra la resurrección de Lázaro de entre los muertos.
Martin reveló que originalmente había pensado titular el libro “Lázaro, ¡sal fuera!”, en referencia a la orden de Cristo al muerto sellado en la tumba. Pero no eligió este título, afirmando que “me preocupaba que la referencia a 'salir del armario' se viera como un comentario velado sobre ese libro anterior [el libro de Martin de 2017 pro-lgbt “Construyendo un puente”], sirviendo así de ocasión para comentarios sarcásticos o distrayendo de este libro, que no se centra en las personas lgbtq, sino en todo el mundo”.
A pesar de esto, Martin argumentó que el mensaje de “salir del armario” es “especialmente importante para las personas lgbtq”. El término “salir del armario” -afirmó- “significa aceptar, abrazar y amar quién eres, especialmente tu sexualidad y la forma en que Dios te hizo, y revelar o compartir esa parte de ti mismo con los demás”, sugiriendo blasfemamente que Dios hace a las personas homosexuales.
La Iglesia Católica, sin embargo, enseña que la inclinación homosexual es “un trastorno objetivo”, ya que “es una tendencia más o menos fuerte, ordenada hacia un mal moral intrínseco”, la sodomía.
Martin argumentó:
“Salir del armario suele ser un paso crítico para las personas lgbtq, a las que a veces se les dice, abierta o encubiertamente, que no deben aceptarse o quererse a sí mismas. O que son un error, menos valiosos que los heterosexuales o menos dignos de amor y afecto. O, lo que es peor, que Dios no les quiere”.
También dio señales una aprobación de la actividad sexual entre personas del mismo sexo, señalando que debido a las leyes contra la sodomía en algunos países, las personas huyen de sus naciones de origen: “A veces, por miedo a ser golpeados hasta la muerte o ejecutados (las relaciones entre personas del mismo sexo se castigan con la pena de muerte en siete países), deben escapar de sus propios países”.
“Tales elementos” -afirmó Martin- “pueden llevar a muchas personas lgbtq, especialmente a los jóvenes, a rechazar una parte esencial de sí mismos [la inclinación desordenada a la sodomía], caer en la desesperación e incluso considerar el suicidio”. Sostuvo que “las Iglesias deben ser conscientes de los efectos en la vida real del lenguaje estigmatizante sobre las personas lgbtq”.
Al proceso de “salir del armario” y practicar un estilo de vida lgbtq, Martin lo calificó como “un paso clave tanto en su maduración emocional como en su crecimiento espiritual”. “Es un signo de un sano amor por uno mismo, que a veces es un reto para las personas lgbtq”, dijo.
Por ello, Martin comparó las palabras de Cristo a Lázaro como una llamada a las personas con tendencias lgbt a “salir del armario” o a “aceptar... tu sexualidad y la forma en que Dios te hizo”.
Martin ha expresado su esperanza de que su nuevo libro “ayude a la gente a escuchar a Dios llamándote a una nueva vida”.
De hecho, anteriormente ha dejado constancia de que los católicos deberían transmitir a los jóvenes que anuncian que son lgbtq que “saben que Dios quiere que acepten lo que son”.
Su último libro, en el que aboga para que la gente adopte un estilo de vida lgbt, es menos sorprendente dado su largo historial de promoción de la ideología lgbt en disidencia con la enseñanza católica. Martin - descrito como “el activista más destacado” dentro de la Iglesia en favor de la ideología lgbt - llegó a decir que la visión de Dios como masculino es “perjudicial”.
Su historial de activismo lgbt también incluye la promoción de imágenes extraídas de una serie de obras blasfemas del artista homosexual Douglas Blanchard utilizadas para ilustrar un libro titulado “La Pasión de Cristo: Una visión gay”. Martin ha promovido además las uniones homosexuales y ha pedido que las personas abiertamente homosexuales se besen durante el signo de la paz en la misa del novus ordo.
Construyendo un puente, la anterior obra del jesuita, también recibió críticas debido a su promoción de la ideología anticatólica sobre la sexualidad. Comentándolo en su momento, el padre Gerald Murray escribió en el National Catholic Register: “El verdadero propósito de este libro es abogar por una relajación de la enseñanza de la Iglesia de que la sodomía es gravemente inmoral y que cualquier atracción por cometer actos de sodomía es un trastorno objetivo de la personalidad”.
A pesar de la defensa de Martin, la Iglesia Católica enseña que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” y “son contrarios a la ley natural”, añadiendo explícitamente que “bajo ninguna circunstancia pueden ser aprobados”.
El documento de 1986 de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) “Sobre la atención pastoral a las personas homosexuales” también rechaza la versión de “acercamiento” de los jesuitas, afirmando que un “enfoque verdaderamente pastoral apreciará la necesidad de que las personas homosexuales eviten las ocasiones cercanas de pecado”.
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