Por Cris Yozía
En el programa llamado “Cuentos Chinos”, el presentador Jorge Javier Vázquez, abiertamente homosexual, preguntó a la “religiosa”: “¿Tú estarías a favor de que los gays se casaran por la Iglesia?”, a lo que la monja respondió: “Estaría a favor de que se pudieran casar por la Iglesia porque Dios siempre bendice el amor”.
Vázquez comenta: “Porque el papa Francisco dice que no es pecado, pero no puedes tener relaciones...”, a lo que Caram, muy suelta de cuerpo responde: “Todo eso no lo ha dicho el papa, yo creo que el papa Francisco está en una actitud de diálogo, de acogida, de apertura, y yo creo que ha dado pasos que nunca se habían dado hasta ahora. El papa ha recibido y es amigo de gays, de trans, les está dando voz... No nos olvidemos que en un dicasterio de los más importantes, y en todo el tema de protección, ha puesto a uno que es gay, y lo ha puesto es un cargo vaticano”
El presentador de televisión preguntó entonces: “¿Tú crees que si Quico Hernández tiene sexo con Fran Antón, cometerá pecado?” A lo que la monja respondió: “Para cometer pecado es muy complicado... querer hacer el mal...” El entrevistador retruca: “¿Pero que le recomendarías? ¿que sí o que no?” Caram responde: “Si se quieren... ¡Qué quieres que te diga! Ellos no tienen el voto de castidad que tengo yo”.
El Catecismo de la Iglesia Católica habla muy claramente en los párrafos 2357 y 2359, sobre la castidad y la homosexualidad.
2357: La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2359: Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
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En este punto es lógico preguntarse ¿qué formación religiosa recibió la mediática “monja” tiktokera, twittera, instagramer, influencer, escritora y cocinera? La poca información que se conoce sobre ella (antes de ser “famosa”) indica que nació en la provincia argentina de Tucumán en 1966 y que ingresó en un convento de monjas dominicas argentinas en 1984. Ya en 1995, partió rumbo a España y allí inicio su “carrera hacia la fama”.
Fue durante una entrevista en el programa ‘Chester in love’, en el año 2017, cuando provocó uno de sus primeros escándalos mediáticos al contradecir la enseñanza católica sobre la virginidad perpetua de la Madre de Jesús. “Creo que María estaba enamorada de José y que eran una pareja normal, y tener relaciones sexuales es algo normal”, afirmó, añadiendo que “la Iglesia Católica ha tenido una ‘mala actitud’ hacia la sexualidad humana que es un regalo de Dios”.
Vayamos nuevamente al Catecismo de la Iglesia Católica para ver que nos dice sobre “María, la 'siempre Virgen'”
499 La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (cf. Concilio de Constantinopla II: DS, 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. San León Magno, c. Lectis dilectionis tuae: DS, 291; ibid., 294; Pelagio I, c. Humani generis: ibíd. 442; Concilio de Letrán, año 649: ibíd., 503; Concilio de Toledo XVI: ibíd., 571; Pío IV, con. Cum quorumdam hominum: ibíd., 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo “lejos de disminuir consagró la integridad virginal” de su madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la “siempre-virgen” (cf. LG 52).
¿Y que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre el “escándalo”?
2284 El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.
2285 El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta maldición: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar” (Mt 18, 6; cf 1 Co 8, 10-13). El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por función, están obligados a enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos (cf Mt 7, 15).
Las declaraciones de Caram son muy graves y escandalosas, y nadie le pone freno. La Orden de los Predicadores Dominicos en España (donde vive actualmente la “monja”), se desentendió del asunto y explicaron que “los frailes de España no tienen ningún tipo de autoridad legal o canónica sobre las hermanas”. Nadie, absolutamente nadie, intenta ponerle freno a esta monja revolucionaria y bergogliana.
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