Las dos excomuniones, la reducción al estado laical, las calumnias en televisión y los intentos de envenenar al padre Minutella no han surtido el efecto deseado.
El sacerdote, dos veces teólogo, continúa impertérrito en su labor. Como Falcone y Borsellino contra la mafia. Así que la masonería eclesiástica quiere probar ahora una nueva jugada: utilizar infiltrados, traidores y Judas para construir un caso criminal y hacer que lo arresten. Y lo conseguirán.
No porque el mal sea más fuerte que el bien. Sino porque Don Minutella debe beber la copa hasta el fondo. Así que permanecerá en prisión mientras Dios lo permita. Y este martirio generará frutos inesperados.
Por eso vemos ahora alianzas transversales entre enemigos. Y por eso ahora están recogiendo testimonios basados en mentiras. Esto llevará tiempo. Quizás unos meses. Unos años. No lo sé. Pero lo que es seguro es que algo grande ya está en ebullición.
Y además queridos amigos, no olvidéis que estamos en el período del anticristo.
¿Y cómo puede manifestarse el líder del Nuevo Orden Mundial si la espina clavada en el costado de Don Minutella sigue impertérrita gritando? Rompería los huevos de la cesta. Así que debe ser silenciado. Acusado y arrestado. Para que sirva de escarmiento a todos los demás sacerdotes y a todos los que quieran levantar la cabeza y rebelarse contra el hombre de iniquidad.
“Golpea al pastor, las ovejas se dispersarán”.
Y así será durante un tiempo. Pero el Señor no nos abandonará. Sólo debemos ser pacientes, permanecer fieles y luchar. Hasta el final.
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