La diócesis francesa de Cambrai está en estado de shock. En la noche del lunes al martes 11 de julio, el padre Benjamin Sellier, párroco de Avesnes-sur-Helpe, fue atropellado por un tren de mercancías alrededor de las tres de la mañana, en el paso a nivel de Poncheau en Avesnelles (Norte).
Para esclarecer las circunstancias del accidente, se abrió una investigación y se encomendó a la gendarmería de Avesnelles, localidad situada a unos veinte kilómetros al sur de Maubeuge. Según los primeros elementos de la investigación, el sacerdote se suicidó la noche del lunes al martes.
El sacerdote de 47 años acababa de enterarse de que estaba siendo demandado por agresión sexual. Junto al cuerpo del padre Sellier, los gendarmes descubrieron una carta en la que reconoce la agresión sexual a una joven minimizando los hechos. La diócesis de Cambrai confirmó al medio France Bleu Nord que desde hace varios meses están en curso procedimientos judiciales contra Benjamin Sellier.
El padre Benjamin Sellier fue párroco de Avesnes-sur-Helpe y decano de las parroquias de Sainte-Anne-en-Avesnois, Sainte-Hiltrude y Sainte-Claire. Fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 2015, el clérigo de 47 años conocía bien esta región norteña que lo había visto nacer y luego crecer. Después de estudiar finanzas públicas y derecho, ingresó en el seminario de Lille antes de llegar a Avesnes-sur-Helpe en octubre de 2020.
Comunicado del arzobispo
A través de un comunicado publicado en la página web de la diócesis, el arzobispo de Cambrai, Vicente Dollmann, ha relatado que “la diócesis está pasando por un trágico calvario con la muerte del Padre Benjamin Sellier. Su muerte nos trastorna y nos sumerge en el dolor”.
En el comunicado, el arzobispo reconoce que la investigación sobre las circunstancias de la muerte confirma que el sacerdote “acabó con su vida”.
Vicente Dollmann también confirma que el padre Benjamin Sellier “fue objeto de un proceso judicial a raíz de una denuncia por agresión sexual interpuesta por una joven y su familia. Este procedimiento estuvo amparado por el secreto de la investigación y por la presunción de inocencia a la que el padre Benjamín Sellier tenía derecho como cualquier otra persona”.
“Se habían tomado medidas prudenciales en colaboración con las autoridades judiciales, a raíz de esta denuncia, limitando su ministerio a los jóvenes”, asegura el obispo.
Además, manifiesta que “como obispo, pienso en esta joven y su familia, en los feligreses y sacerdotes de la diócesis, y en la afligida familia del Padre Benjamín”.
Por último, el arzobispo pide “respetar este tiempo de luto” e invita a que “en esta prueba que estamos pasando juntos, permanezcamos unidos en la oración. Cuidémonos entre todos. ¡Que Dios nos ayude!”
InfoVaticana
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