jueves, 27 de julio de 2023

ONU: INFORME LLAMA A LOS GOBIERNOS Y RELIGIONES A ADOPTAR LA AGENDA LGBT

La libertad religiosa termina donde comienzan los “derechos lgbt”. Esta es la conclusión de un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre el derecho a la libertad de religión y creencias.


El informe pide a los gobiernos que amenacen y castiguen a los líderes religiosos y las organizaciones que no se ajusten a la ortodoxia lgbt y, en un movimiento nuevo y sin precedentes, pide a los gobiernos que desestabilicen las religiones desde el interior apoyando a las facciones pro-lgbt que existen dentro de las diversas denominaciones religiosas.

Víctor Madrigal Borloz, abogado costarricense, “experto” independiente de la ONU en materia de orientación sexual e identidad de género, es el autor del informe: no oculta su intención de crear un "nuevo espacio normativo" en el que los gobiernos impongan estándares lgbt aceptables para las religiones.

"Los límites establecidos en la concepción misma de la libertad de religión y creencias, incluidos los derechos y libertades fundamentales de las personas lgbt, son clave para la plena compatibilidad de la libertad de religión y creencias con todas las acciones necesarias para combatir la violencia y la discriminación contra ellas", concluye al final de su informe.

Según informa Stefano Gennarini de C-Fam, el clero y otros empleados religiosos deben ser amenazados para que cumplan con las normas lgbt o deberán enfrentarse a las consecuencias, según las conclusiones del informe.

Los gobiernos deben alentar a las instituciones religiosas a determinar cómo sus representantes deben rendir cuentas por promover la discriminación contra las personas lgbt o de "género diferente".


Decir que es un pecado “viola los derechos humanos”

Según el informe, si las religiones enseñan que el comportamiento homosexual es un pecado o que el sexo es una realidad biológica inmutable, están “violando los derechos humanos”. 

“Hay rincones oscuros donde las personas lgbt son vistas como pecadores y ciudadanos de segunda clase, donde son despreciados y abusados”, señala el informe.

Madrigal-Borloz hizo un llamado a los Estados miembros de la ONU para que utilicen a los líderes religiosos y a las instituciones que respaldan la ideología homosexual y transgénero. Borloz apoya a varios grupos religiosos disidentes, como Catholics for Choice, que promueve el aborto, y Muslims for Progressive Values, que promueve las cuestiones ligadas a la homosexualidad y las personas transgénero.

El informe concluye que si las religiones no apoyan las ideas lgbt, las personas que se identifiquen como tales “se sentirán marginadas y excluidas”, lo que les ocasionará “dolor y problemas mentales”, pudiendo “conducirlas al suicidio y violando sus derechos humanos”.

El núcleo del informe radica en la idea de que la sexualidad y la identidad de género son derechos humanos al mismo nivel, si no más importantes, que la libertad religiosa

"Todos los creyentes, incluidos los líderes de las distintas religiones y denominaciones, tienen una orientación sexual e identidad de género, y todas las personas lgbt tienen sus propias convicciones", indica el informe.


Relación con la "teología lgbt"

El informe hace declaraciones con respecto a la interpretación bíblica y la teología. Denuncia las interpretaciones modernas de las escrituras judeocristianas que condenan la homosexualidad como "dogmática" u "homocolonialista" y afirma que la moralidad de la homosexualidad es un "asunto de debate teológico".

El informe también niega que los profesionales de la salud puedan oponerse, por motivos religiosos, a realizar abortos o tratamientos y cirugías de “transición de género”, por ejemplo, ablaciones, incluso en niños. También niega que los proveedores de bienes y servicios, como pasteleros o floristas, puedan negarse a prestar sus servicios por razones de objeción de conciencia.

Asimismo, afirma que las escuelas parroquiales no pueden despedir a los maestros por su orientación sexual o “identidad de género”.

Finalmente, Madrigal-Borloz promueve el “matrimonio” entre personas del mismo sexo como “un derecho humano superior a la libertad religiosa”. Incluso insinúa que los clérigos deberían ser obligados a realizar “matrimonios” homosexuales o perder su privilegio de realizar matrimonios legalmente reconocidos.

“Un enfoque basado en los derechos humanos está en oposición directa a las concepciones de familia que excluyen a las personas lgbt, concluye.


FSSPX



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