Por Carlos Esteban
De lo que se come se cría, dice el refrán, y la más reciente encuesta entre sacerdotes recién ordenados parece confirmar lo que siempre han repetido los maestros de espiritualidad: el mejor campo de cultivo para la vocación es una familia donde la fe se haga vida. Así, la gran mayoría de los futuros sacerdotes fueron criados como católicos en familias intactas e individualmente mostraron hábitos de servicio religioso frecuente y vida de oración regular según la más reciente encuesta en Estados Unidos.
El Comité sobre el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones de los obispos de Estados Unidos ha publicado el “Estudio de la promoción de ordenados en 2023” del Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA) con sede en la Universidad de Georgetown.
CARA buscó respuestas a la encuesta de los 458 seminaristas que se ordenarán este año. Recibió 334 respuestas, una tasa de respuesta del 73%. Las respuestas provinieron de ordenandos en 116 diócesis de EE. UU. y 24 instituciones religiosas diferentes.
Los ordenandos proceden, en su inmensa mayoría, de familias católicas practicantes. Casi el 93% de ellos fueron bautizados a poco de nacer, el 96% crecieron con sus padres biológicos, que en el 92% de los casos se trataba de una pareja casada sacramentalmente y que constaba, en el 84% de los casos, de padre y madre católicos.
En uno de cada tres casos, los ordenandos tenían algún pariente sacerdote o religioso.
InfoVaticana
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