La secta considera "apóstatas" a quienes la han abandonado, y los adeptos cortan todo contacto con ellos, aunque sean parte de su propia familia.
Por Luis Santamaría (*)
El 8 de noviembre, el Juzgado de 1ª Instancia de Torrejón de Ardoz (Madrid) acogerá el inicio de un proceso inédito. Los testigos de Jehová –cuya situación legal es la de una confesión inscrita en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de la Presidencia– han demandado a una asociación que agrupa a ex adeptos, víctimas y afectados por un movimiento al que consideran una secta.
Desde la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová (AEVTJ), que es precisamente el grupo demandado, explican que “es la primera vez en España que una ‘religión’ demanda a una asociación”; y aclaran que el motivo es un supuesto “mancillamiento del honor”.
El asunto se dirimirá en los tribunales de Torrejón de Ardoz porque a este municipio corresponde el lugar donde los testigos de Jehová tienen su central nacional, llamada Betel (nombre procedente del Antiguo Testamento que significa en hebreo “casa de Dios”). La consideran sucursal de la empresa Watchtower Bible and Tract Society, corporación que está detrás de la secta.
Las artimañas de la secta
Integrantes de la junta directiva de la AEVTJ revelan que los testigos de Jehová “han usado toda su estructura organizativa para localizar a las personas que más daño nos pueden hacer, tocando hasta nuestra propia familia”.
Y ponen algunos ejemplos concretos: la hija de uno de ellos declarará contra su padre, que fue expulsado de la organización hace 17 años; mientras que en otros casos serán compañeros de trabajo o “hermanos” de congregación los encargados de “demostrar” la supuesta difamación a los testigos de Jehová.
No hay que olvidar que la presencia de la secta en este país ya ha cumplido un siglo – su primer “misionero” llegó en 1920 –; y que asegura contar con cerca de 120.000 miembros que se reúnen en 782 “salones del Reino” distribuidos por todo el territorio nacional; razones que han llevado a ser reconocidos como “entidad religiosa de notorio arraigo” por parte del Estado español.
Por parte de la AEVTJ se espera el proceso judicial con cierta inquietud. Según uno de sus directivos, “estamos preocupados porque los testigos de Jehová faltan a la verdad en muchas ocasiones; especialmente cuando se juegan el nombre de la organización. Suelen dar respuestas muy extendidas, donde al final no se sabe lo que han dicho o lo que han querido decir”.
El “honor” de los testigos de Jehová
En concreto, el escrito que recibió la AEVTJ, y que ha originado el proceso judicial cuyas sesiones fueron previstas para los días 8 y 22 de noviembre y 1 y 15 de diciembre, les comunicaba una demanda por “vulneración del derecho al honor”.
Con esto, los testigos de Jehová se refieren a todo el trabajo de divulgación y prevención que se ha hecho por parte de la asociación; desde que fuera creada en 2019 (e inscrita entonces en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior).
Tal como ya informó en su momento Aleteia, la AEVTJ ha subrayado en sus apariciones públicas (y en su presencia en los medios de comunicación y redes sociales) el trato infligido por la secta a los adeptos que la abandonan o que son expulsados. Los consideran “apóstatas”; y, tal como se puede comprobar en los materiales de adoctrinamiento, se presiona para cortar toda relación con ellos; lo que incluye a las propias familias.
Otro elemento que ha destacado la asociación demandada es que “los testigos de Jehová desaconsejan y desaniman a los padres en cuanto a los estudios universitarios de sus hijos”; lo que supone en muchas ocasiones “lastrar la vida económica de esos jóvenes cuando son adultos”. La estrategia de la secta para el juicio consistirá en “llevar testigos que son universitarios y que afirmarán no haber tenido ningún problema en su congregación”.
Lo que piden en concreto
El escrito de demanda está dirigido nominalmente contra el presidente de la AEVTJ, a quien se le acusa de “intromisión ilegítima… en el derecho al honor de la confesión religiosa Testigos Cristianos de Jehová” (su denominación oficial en España, a pesar de que no es una comunidad cristiana).
Y, a continuación, se le pide que cese “en la divulgación de comentarios o informaciones semejantes a través de cualquier medio”; también que “se proceda a la retirada de los comentarios” realizados en un vídeo de Youtube.
Y no sólo eso. Para apoyar este intento de grave restricción de la libre expresión del ex testigo de Jehová que preside la asociación de víctimas, se exige “indemnización de daños y perjuicios por dicha vulneración en favor de la confesión religiosa Testigos Cristianos de Jehová”; que el demandado publique el fallo de la sentencia (que presumen condenatoria, obviamente) y que pague las costas del juicio. La demanda, que no tiene desperdicio, ocupa 50 páginas.
A pesar de la inquietud que hemos apuntado, lo cierto es que desde la AEVTJ afrontan esta cita en los tribunales con esperanza. La semana pasada señalaban en sus redes sociales, mostrando el Juzgado de Torrejón de Ardoz: “Aquí se hará justicia”.
* Luis Santamaría es miembro de la Red Iberoamericana para el Estudio de las Sectas (RIES)
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