Señor Jesús:
A vista de tantos Seminarios desolados y de tantos pueblos sin sacerdotes; movido nuestro corazón de la pena que arrancó del tuyo aquel angustioso lamento: La mies es mucha, los operarios pocos, obedientes a tu mandato de pedir por esto, te suplicamos:
V. Para que no falte quien lleve los niños a Ti
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que vean los ciegos del alma, y oigan los sordos, y resuciten los muertos y se evangelicen los pobres
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que los oprimidos del diablo sean libertados, y los justos se justifiquen más y los santos más se santifiquen
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que no deje de haber en cada pueblo quien diga a sus moradores, he ahí vuestra Madre, mostrando a la tuya
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que los trabajadores y cargados vayan a Ti, y descansando sobre tu pecho encuentren la paz
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que en todo lugar se ofrezca a tu nombre la limpia oblación de la Hostia pura, santa e inmaculada
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que diariamente se realice tu gran deseo de que tus discípulos coman tu Pascua y la Casa de tu festín esté siempre llena
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Para que tu nombre sea santificado, venga a nos el tu reino Eucarístico y por todos los hombres de la tierra se cumpla tu voluntad como por los ángeles en el cielo
R. Envía operarios a tu mies, Señor
V. Señor, que la mies es mucha y los operarios muy pocos
R. Envíanos sacerdotes irreprensibles, sobrios, prudentes, adornados de virtudes, pudorosos, misericordiosos, doctos, modestos, no aseglarados, y cortados a la medida de tu corazón
V. María Inmaculada, Madre y reina del Clero:
R. Di a tu Hijo con la misma eficacia que en las bodas de Caná: Mis hijos de la tierra no tienen sacerdotes
V. San José, Patrono de la Iglesia Universal, Ángeles de la guarda de los niños y de sus padres:
R. Pedid y trabajad por el fomento de las vocaciones eclesiásticas
Oración
Oh, señor, que habéis dicho: Pedid y recibiréis,
os rogamos por las necesidades de vuestra Iglesia
y para que enviéis operarios a vuestra mies.
Grandes son nuestros deseos
de que vuestro santo Nombre sea conocido y amado
y por eso humildemente os pedimos
que mandéis a vuestro pueblo
sacerdotes según vuestro Corazón.
Por los tormentos de vuestra sagrada Pasión,
por la Sangre que derramasteis en el árbol de la Cruz
y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre Santísima,
apiadaos de nosotros,
y concedednos la gracia de tener Santos Sacerdotes
que propaguen la Santa Fe Católica,
y nos conduzcan con sus enseñanzas y piedad
por el camino de la vida eterna.
Y junto a esa legión de fieles ministros vuestros,
suscitad asimismo otra de almas santas que sirvan al Señor,
en la práctica de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia;
y con sus sacrificios aplaquen la Divina Justicia,
y atraigan sobre el mundo con sus oraciones constantes
la abundancia de celestiales bendiciones,
siendo al mismo tiempo, sostén y fortaleza de los obreros evangélicos. Amén.
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