¿Cómo es posible justificar estas acciones, que los mártires se negaron a realizar bajo amenaza de tortura y muerte segura, y todo ello en el mismo lugar donde murió el propio San Pedro?
Por el padre Anthony Cekada (♰)
Los canonistas y los teólogos morales enseñan que la herejía y la apostasía pueden cometerse dictis vel factis, no sólo con palabras, sino también con hechos. Y si estos hechos de Bergoglio no son una prueba de que ha repudiado totalmente la religión revelada por Dios, las propias palabras herejía y apostasía -y, de hecho, todo el Primer Mandamiento- han perdido totalmente su significado.
¿Cómo es posible justificar estas acciones, que los mártires se negaron a realizar bajo amenaza de tortura y muerte segura, y todo ello en el mismo lugar donde murió el propio San Pedro?
La respuesta, por supuesto, es el Vaticano II, que enseñó que las religiones paganas son "medios de salvación" utilizados por el Espíritu Santo. Y esta herejía, a su vez, es producto de otra: la meta-herejía modernista de la evolución del dogma.
Así que fue perfectamente apropiado que, dos días después de que Bergoglio instalara la ofrenda de la Pachamama sobre los huesos de San Pedro, la Oficina de Prensa del Vaticano publicara una clara y abierta profesión de esta herejía en un artículo titulado "El desarrollo de la doctrina es un pueblo que camina unido".
Su fuente (el servicio oficial de noticias del Vaticano), el momento de su publicación (tras el controvertido Sínodo de Amazonas) y el tema que trata (una justificación general de los cambios radicales en la doctrina y la disciplina de la Iglesia) pretendían señalar la importancia del artículo. Establecía las amplias bases teóricas para los cambios que Francisco introduciría en su exhortación postsinodal, en la que aplicaría las resoluciones de su sínodo amañado.
Su contenido es una campana que no puede dejar de sonar, y una bomba nuclear que no puede dejar de detonar. Ahora forma parte para siempre del registro público permanente. Si bien el artículo no lleva el nombre de Francisco al pie (para permitir que los neoconservadores argumenten que “la culpa es de otro”), tiene sus sucias huellas dactilares y las de sus compañeros matones teológicos modernistas por todas partes. Es su obra, su enseñanza -y de hecho está publicada en el sitio del Vaticano bajo el título de "Papa Francisco" y "Magisterio Papal".
"El desarrollo de la doctrina es un pueblo que camina unido" presenta nada menos que el clásico argumento modernista de la evolución dogmática - la herejía que sostiene que las verdades reveladas no son inmutables, sino que están condicionadas y sujetas a cambios a la luz de la "experiencia" evolutiva de los hombres en las distintas épocas. Esta herejía está en todas partes en el Novus Ordo.
La ‘evolución dogmática’: ¿Una verdadera herejía?
¿Por qué, uno podría preguntar, tal noción sería herética? No niega explícitamente o pone en duda dogmas individuales, como la divinidad de Cristo, el nacimiento de la Virgen o la transubstanciación, ¿verdad?
La respuesta es: sí, lo hace. La evolución dogmática niega o pone en duda cada verdad religiosa, porque hace imposible la idea misma de una verdad religiosa. Pasa cada dogma por la picadora de carne filosófica del relativismo, el subjetivismo, el psicologismo, la experiencia personal y el "historicismo", y lo convierte en papilla. La verdad que expresaba (se nos hace entender) ha sido "superada", sorteada, ignorada en la práctica o vaciada de su significado esencial. "Ahora estamos realmente más allá", es el estribillo común.
La evolución dogmática, entonces, no es simplemente una herejía. Es, como dijo San Pío X, la cloaca de todas las herejías, y prácticamente hablando, la apostasía, porque niega implícitamente la posibilidad de una verdad objetiva en cualquier dogma.
Father Cekada
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