martes, 18 de enero de 2022

CARDENAL MÜLLER: RESISTIRSE A LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA ES UN DEBER CATÓLICO

Otra voz autorizada en la iglesia se levanta contra la "violación" física y moral propagada por Bergoglio

Por Edoardo Fuchs


Mientras Bergoglio impone la violación de los cuerpos y las conciencias obligando al Vaticano a un "acto de amor" forzado, el prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal y arzobispo católico, además de teólogo alemán, Gerhard Ludwig Muller publica una entrevista en el instituto San Bonifacio de Viena en la que destaca que la conciencia individual está siempre por encima del poder político, que nunca puede producir obligaciones morales. Publicamos un resumen de la entrevista.

Sobre la suspensión de la actividades de las iglesias durante las restricciones gubernamentales

El cierre de las iglesias obviamente fue un gran problema, porque denota falta de fe. Quien niega los Sacramentos a los fieles obra contra el Espíritu Santo, contra su conciencia y contra su misión. No hay telemática a distancia, para quien no la conozca o la haya olvidado.

Sobre la división de la sociedad

Siempre es malo dividir la sociedad, porque la mayoría siempre piensa que puede destruir o reprimir a la minoría. Se ha utilizado esta situación como una oportunidad para fomentar el Gran Reinicio, para permitir que una élite de psicópatas malvados lleve al hombre a una nueva forma de humanidad construida artificialmente a imagen y semejanza de sus pesadillas. No quiero ser parte de su pesadilla antidemocrática y dictatorial.

Sobre la inoculación obligatoria

Tal obligación ha sido explícitamente excluida por la congregación de la doctrina de la fe, sin embargo, actualmente esto está siendo re-propuesto por las autoridades. Es dramático que las autoridades hayan suspendido y violado los derechos humanos más elementales, e incluso la justicia ya no protege las libertades de los ciudadanos, viéndose comprometida con la política. La agenda del Gran Reinicio impregna y manipula a toda la sociedad, los medios y las instituciones con su singular pensamiento neofascista y neocomunista, genuinamente totalitario. Los ricos “filántropos” se presentan como “los salvadores de la humanidad”, pero en sus planes la humanidad debe volverse inhumana, hecha de consumidores, de esclavos, no de seres humanos creados por Dios para ser libres y racionales. Incluso en el caso de la inoculación obligatoria, como en el caso del servicio militar obligatorio, siempre debe existir la posibilidad de objeción de conciencia, ya que la salud de uno no se puede decidir a nivel político.

Sobre la irreconciliabilidad de profesar la fe católica y promover políticas dictatoriales

El católico debe inspirar su acción pública en los principios éticos de la fe establecidos en la Constitución "Gaudium et Spes". esto significa observar los siguientes tres principios: el respeto por los demás, la defensa de los derechos humanos fundamentales y la democracia. La democracia no significa una dictadura de la mayoría donde lo que se decida es bueno por definición, sino un sistema donde la mayoría se pone de acuerdo para hacer el bien. Estos son los principios en los que debe inspirarse un católico en su actividad pública

Sobre cómo reaccionar

Debemos oponernos a las injusticias y al mal en todos los sentidos, hasta el sufrimiento y el martirio, pero nunca descendiendo al nivel de violencia e inmoralidad de nuestros enemigos. No hay necesidad de dividir más a la sociedad o aumentar la violencia. Siempre es mejor sufrir injusticias que cometerlas a su vez. Pero nuestra conciencia está siempre por encima del poder político, que no puede producir obligaciones morales. Todo ciudadano tiene derecho a rebelarse contra las medidas gubernamentales, ya que éstas no pueden ser "metafísicamente" necesarias, salvíficas o divinas, aunque así se nos presenten. La democracia no legitima el abuso de poder: la ley de la mayoría no puede hacernos cerrar los ojos, la boca, la nariz y los oídos y obligarnos a mantener una "máscara" para taparnos la cara ante cualquier abuso. Por todo ello, nuestro deber es luchar por la libertad.


Naturalmente estas palabras del arzobispo Muller han causado revuelo en Alemania y en otros lugares, con los medios esclavizados a la agenda del Foro Económico Mundial, luego adoptada por la ONU, que han llegado a acusar al cardenal de antisemitismo por el simple hecho de haber nombrado a Soros como uno de los “filántropos” criminales arquitectos del Nuevo Orden Mundial. En su defensa intervino su colega el arzobispo Viganò, a cuyo “llamado por la iglesia y por el mundo” de mayo de 2020 había firmado el cardenal alemán.

Para el mundo católico y no católico, es muy importante que escuchemos alto y claro las voces de una Iglesia no subordinada a las élites paganizantes y transhumanistas que aspiran al establecimiento de una religión única predicha de la humanidad, meta necesaria de la Nuevo Orden Mundial.


Edoardo Fuchs


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