martes, 14 de septiembre de 2021

INDULGENCIAS PARA LA FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Esta coronilla consta de cinco juegos, de cinco cuentas cada uno; y en cada una de estas cuentas, en memoria de las Cinco Llagas de Jesucristo, se recita una Gloria Patri; y al final de cada grupo de cinco, se agrega un Ave María en devoción a los dolores de Nuestra Señora.


Oraciones a las Cinco Santas Llagas

El Papa Pío VII, por Rescripto de tiempo S. Congr. de Indulgencias, fechado el 29 de septiembre de 1807, concedido

1. La indulgencia de 100 días, diaria, a todos los fieles que reciten con devoción las siguientes oraciones a las Cinco Sagradas Llagas de Jesucristo.

2. La indulgencia plenaria, además de la indulgencia parcial anterior, dos veces al año, es decir, en las dos fiestas, primero, la de la Invención (3 de mayo) y, en segundo lugar, la de la Exaltación, de la Santa Cruz (Sept. 14), a todos los que digan estas oraciones al menos diez veces al mes, si, después de confesarse y comulgar en la fiesta antes mencionada, visitan una iglesia y oran allí de acuerdo con la intención del Soberano Pontífice.

3. La indulgencia de siete años y siete cuarentenas, diarias, a quienes recen estas oraciones desde el Domingo de Pasión hasta el Sábado Santo, inclusive. Pleno el día de Pascua, si después de la Confesión y Comunión de ese día, han visitado y rezado como se ha dicho.


LAS ORACIONES



Acto de contrición

Al arrodillarme ante Ti en la cruz, Salvador más amoroso de mi alma, mi conciencia me reprocha haberte clavado en esa cruz con estas manos mías, tantas veces como he caído en pecado mortal, cansándote con mi monstruosa ingratitud. Dios mío, mi principal y más perfecto Bien, digno de todo mi amor, por las muchas bendiciones que me has concedido; Ahora no puedo deshacer mis fechorías como lo haría de buena gana; pero las aborreceré, lamentando grandemente haberte ofendido a Ti, que eres la Bondad Infinita. Y ahora, arrodillado a Tus pies, intentaré al menos compadecerte, darte gracias, pedirte perdón y contrición; por lo tanto, con el corazón y los labios digo:


A la primera herida, del pie izquierdo

¡Santa llaga del Pie Izquierdo de mi Jesús! Te adoro, te compadezco por el dolor tan amargo que sufriste. Te doy gracias por el amor con que te fatigaste y sangraste entre las espinas y zarzas de mis pecados. Ofrezco al Padre Eterno el dolor y el amor de tu santísima humanidad, en expiación por mis pecados, todo lo cual detesto con sincera y amarga contrición.

Pater noster. Ave María. Gloria Patri.

Santa Madre, traspasarme,
En mi corazón cada herida renovada
De mi Salvador crucificado.


A la segunda herida, del pie derecho

¡Santa llaga del Pie Derecho de mi Jesús! Te adoro, te compadezco por el amargo dolor que sufriste. Te doy gracias por ese amor que te traspasó con tanta tortura y derramamiento de sangre para castigar mis andanzas y los placeres culpables que he concedido a mis pasiones desenfrenadas. Ofrezco al Padre Eterno todo el dolor y el amor de tu santísima humanidad, y te pido gracia para llorar mis transgresiones con lágrimas ardientes y para que me capacites para perseverar en el bien que he comenzado, sin desviarme nunca más de mi obediencia a los mandamientos de mi Dios.

Pater noster. Ave María. Gloria Patri.

Santa Madre, traspasarme,
En mi corazón cada herida renovada
De mi Salvador crucificado.


A la Tercera Herida, de la Mano Izquierda

¡Santa llaga de la Mano Izquierda de mi Jesús! Te adoro, te compadezco por el amargo dolor que sufriste. Te doy gracias por haberme librado con tu amor de los azotes y la condenación eterna que habría merecido por mis pecados. Ofrezco al Padre Eterno el dolor y el amor de tu santísima humanidad, y te ruego que me enseñes cómo aprovechar bien la duración de mi vida y producir en ella dignos frutos de penitencia.

Pater noster. Ave María. Gloria Patri.

Santa Madre, traspasarme,
En mi corazón cada herida renovada
De mi Salvador crucificado.


A la cuarta herida, de la mano derecha

¡Santa llaga de la mano derecha de mi Jesús! Te adoro, te compadezco por el amargo dolor que sufriste. Te agradezco las gracias que me prodigaste con tanto amor, a pesar de mi más perversa obstinación. Ofrezco al Padre Eterno todo el dolor y el amor de Tu santísima humanidad, y Te ruego que cambies mi corazón y sus afectos, y me hagas hacer todas mis acciones de acuerdo con la voluntad de Dios.

Pater noster. Ave María. Gloria Patri.


Santa Madre, traspasarme,
En mi corazón cada herida renovada
De mi Salvador crucificado.


A la Quinta Llaga, del Costado Sagrado

¡Santa herida en el costado de mi Jesús! Te adoro, te compadezco por los crueles insultos que sufriste. Te doy gracias, Jesús mío, por el amor que hizo que tu costado y tu corazón fueran traspasados, para que brotaran las últimas gotas de sangre y agua, haciendo abundar mi redención. Ofrezco al Padre Eterno este ultraje y el amor de tu santísima Humanidad, para que mi alma entre de una vez por todas en ese Corazón amoroso y nunca más partir.

Pater noster. Ave María. Gloria Patri.

Santa Madre, traspasarme,
En mi corazón cada herida renovada
De mi Salvador crucificado.


Nota: Todo está tomado de la Coronilla de las Cinco Llagas Raccolta




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